De Angela a Mariano: Sabes que te aprecio profundamente. Te lo demostré el 20 de mayo, cuando te invité charlar navegando por Chicago en una embarcación que yo había fletado, y a la que algunos periodistas españoles llamaron estúpidamente “El barco del amor”.
Entre nosotros no existe amor como pretendía tu antecesor, Zapatero, que se me rendía bobamente para enmendar su frase de que yo era un fracasada.
Entre nosotros hay respeto e intereses. Nacionales y europeos. Y te recuerdo que Alemania quiere salvar el Euro, pero no a costa de mantener la insolvencia de países como España o, sobre todo, Grecia.
Los partidos políticos españoles, especialmente en los años zapateriles y también el PP, le habéis hecho creer a vuestros conciudadanos que erais ricos.
Recuerdo cuando tras el terremoto de Haití de 2010 José Luis presumió ante el mundo de ser el mayor donante humanitario tras EE.UU., más que la antigua potencia colonial, Francia, y que la tercera donante, la inhumana, insolidaria, roñosa Alemania, como nos llamabais.
A garbosos nadie os gana. Yo creí que hasta los conserjes del ayuntamiento de cualquier pueblo español tendrían coche oficial con chófer, naturalmente Audi, y este, otro coche, BMW, con chófer. Buenísimo para la economía alemana.
Todo, a crédito. Arramblabais créditos por todo el orbe para mantener un tren de vida insostenible, con el doble de políticos viviendo del erario público que Alemania, que tiene 35 millones de habitantes más que España.
Ahora toca pagar. Tendréis que pedir que os rescatemos, y con ello echaremos a la calle a políticos, os quitaremos coches, aunque perdamos beneficios, embajadas regionales, televisiones, y hasta el agua mineral gratuita de los hospitales, porque en todo el país el agua es potable en gran parte gracias a los fondos Feder, pagados por Alemania. Las cosas, claras como el agua.
Con mi respeto y aprecio, Angela.
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