Cuando los medios internacionales informaron de que un pueblo español había elegido en referéndum tener un encierro con toros a darle trabajo a algún desempleado las audiencias debieron pensar que un país así no merece ayuda alguna de Europa.
Noticias como esta rara vez se conocen en todos sus detalles, como que el ayuntamiento socialista de Guijo de Galisteo, Cáceres, de 1.650 habitantes, tenía solamente 15.000 euros para un puesto de trabajo temporal, o para el encierro de un toro y una vaca.
Pero el caso de este pueblo incrementa los tópicos sobre España como país más dedicado a la fiesta que al trabajo.
Así, en Centroeuropa, por ejemplo, antes de saber el resultado del referéndum, la gente apostaría a que en España ganarían los toros frente al trabajo.
Y es que los centroeuropeos son distintos: el pasado marzo los suizos rechazaron en referéndum tener dos semanas más de vacaciones.
Recuérdese: el diplomático estadounidense Richard A. Boucher, secretario general adjunto de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) decía hace poco en Marsella ante un comité de la Asamblea Parlamentaria de la OTAN que “España sólo vale para el flamenco y el vino tinto”.
Quizás en Guijo la gente pensó que los toros y la noticia del referéndum atraerían mucho más turismo e ingresos que el doble de lo invertido, y que con ese beneficio podían crear más puestos de trabajo.
Ya nadie sabe si el tópico es la caricatura de la realidad, o si realidades como esta crean los tópicos, pero imaginemos que en lugar de un empleo sin encierro los beneficios de este crean tres: aun así quedará el tópico de que en España, país que vive gracias a los tópicos turísticos, no queremos pan, sino toros.
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Mi viejo y querido amigo Ray acaba de morir. Era uno de los más grandes humanistas del siglo XX. Siendo un niño muy pobre mataba el hambre leyendo en la impresionante biblioteca pública de Los Ángeles., donde adquirió una cultura enciclopédica, siempre orientada al bien del ser humano como se muestra en su obra.
Wikipedia se queda corta con sus fabulosas vida y trabajo.
Es curioso, se ha ido cuando Venus se paseaba frente al Sol para no volver a hacerlo hasta 2117, así que seguramente Bradbury se ha montado en el planeta, aunque quizás se haya ido a Marte.
Con él nunca se sabe.