Para evitar la reválida se puede aprovechar el llamado correo basura, junk y spam que llega a los usuarios de internet para venderles desde cibersexo hasta mil maneras de ganar dinero sin trabajar.
El hoy Reverendo Pedro Menéndez Cid, de Málaga, se enojaba diariamente al ver inundado su buzón electrónico con las ofertas más insospechadas.
Hasta que un día leyó dos anuncios estadounidenses: el de una universidad que expide licenciaturas por 400 dólares y doctorados por 600, y el de una iglesia que hace reverendos por 50 dólares, obispos por 200 y arzobispos por 500.
Menéndez, un camarero desempleado, detectó que las religiones vuelven a atraer. Pidió un préstamo en pesetas equivalente a 550 dólares y obtuvo los títulos de Licenciado en Teología y de Reverendo; los 100 dólares restantes compraron un CDRom con diez millones de direcciones de correo electrónico.
Luego, se ofreció como consejero espiritual a esos diez millones de internautas que, como él, odian los centenares de mensajes basura diarios que les llegan pero que, también como él, a la larga leen alguno.
Comenzó a tener clientela, primero, cibernética, que pagaba con sus tarjetas de crédito, y luego ya se anunció en publicaciones locales.
Gana mucho dinero. Pronto recibirá varios doctorados, el título de arzobispo y comprará su propia casa rectoral. Es gay y nadie le suspenderá a divinis o reprochará su género de vida.
El Reverendo Menéndez no piensa en reválidas y se ríe de la Universidad.