España sufre cainismo crónico, que se manifiesta en espectáculos como el fútbol, y que ha descendido a las luchas entre localidades de la misma Comunidad Autónoma (CCAA), opina el investigador irlandés de los nacionalismos Liam Bollins-Malonne.
Un peligro, porque los equilibrios intercomunitarios son similares a los castillos de naipes, que cuando uno falla todo se viene abajo.
Las peleas y odios crecientes entre ciudades y aficiones como las del Celta y el Deportivo, Athletic de Bilbao y Real Sociedad y entre equipos andaluces como Sevilla y Betis, por ejemplo, manipuladas con intenciones rupturistas pueden llevar al guerracivilismo.
Mover las cartas superiores del castillo, representadas por Madrid y Bruselas sobre las CCAA, es menos peligroso que desplazar las cartas intermedias, sus capitales regionales. Y éstas dependen de localidades pequeñas de su ámbito, que, además, incrementan los roces cainitas entre sí.
Para Bollins-Malonne el sistema autonómico y la Constitución no supusieron un cambio de cartas en el castillo, sino la reparación suave de una vieja estructura tambaleante e incompleta.
Los pesos no están perfectamente equilibrados aún, pero cuando José María Aznar incremente los poderes de los ayuntamientos para quitárselo a las CCAA, si sus manos son algo torpes, y pueden serlo, tirará el castillo.
Y esto, al margen de que algunas CCAA traten de salirse del conjunto, lo que creará otro peligro de caída general.
Bollins-Malonne no le ve muy buenas salidas a los movimientos torpes con los castillos de naipes.