Hay dos formas de saludo que expresan violencia hacia personas o grupos hostiles y compañerismo entre los camaradas: uno es el brazo levantado y la mano abierta como los legionarios romanos adoptado por Mussolini y copiado por los nazis y los falangistas en España, y el puño cerrado para demostrar que se puede golpear al enemigo, tomado por las izquierdas.
Ambos se vieron este jueves en la Universidad Autónoma de Barcelona cuando una manada de estudiantes violentos y puño en alto agredieron a políticos y estudiantes constitucionalistas para impedir una conferencia de Cayetana Álvarez de Toledo, la principal candidata del PP en Barcelona.
Es tal el fanatismo verbal y crecientemente físico de los del puño y las señeras con una estrella --triángulo amarillo de los ultraizquierdistas y azul del separatismo tradicional--, que a uno del grupo de acosados con Álvarez de Toledo debió ocurrírsele provocar a sus perseguidores haciendo retadoramente el saludo fascista en lugar de una peineta.
Seguro que no es un fascista. Provocaba desde lo alto de una escalera a los violentos, lazis de raza agria, mientras Cayetana hacía la V de la victoria.
Por similar motivo el saludo del puño lo hacíamos durante el franquismo los compañeros y camaradas de izquierdas para provocar a los falangistas y a la Policía Armada, sobre todo cuando creíamos que podíamos escapar de su ira.
Pero ese gesto de un acompañante de Álvarez de Toledo sirve ahora para que lazis separatistas y ultraizquierdistas, de creciente comportamiento fascista, desacrediten a la cabeza de lista popular en Barcelona.
Siempre hay un necio que con actos así daña a otros; una vez este cronista y varios compañeros fuimos deslomados por “los grises” por la chulería de otro imbécil que, además, consiguió escaparse.
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Vaya por delante que me parece mal que no dejasen a la señora Cayetana dar su conferencia. Dejar hablar debería ser un mandato genérico en toda democracia (mandato que el Estado no está cumpliendo en Cataluña).
Ahora bien lo que ha hecho el partido de la señora Cayetana cuando ha estado en el gobierno ha sobrepasado el no dejar hablar: han intentado criminalizar y poner fuera de la circulación legal a un partido que no les agrada, Podemos, utilizando para ello una "policía política" pagada con el dinero de todos y que debía estar al servicio de todos. No se sabe que la señora Cayetana haya condenado estas actividades, ni que haya roto con su partido a causa de semejantes atropellos y fechorías. Por lo tanto, no debe extrañarse ahora de que le hagan a ella desplantes igual de feos y en la misma línea. "El que a hierro mata a hierro muere", dice el Evangelio. Con su desagradable y altanero gesto de supremacía aristocrática, que da a su expresión un aire avial, de cuervo o de aguilucho, esta señora debería saber que los ataques a los adversarios TIENEN CONSECUENCIAS, y que no se pueden esperar actitudes cariñosas de las víctimas que has causado.
Más aún, los estudiantes saben que esta señora pertenece al partido que ha impuesto a sus padres la precariedad, y que a ellos mismos los condena a la emigración, dado el nivel insultante de salarios a los investigadores en España. ¿Cómo espera que la reciban, siendo el heraldo de semejantes desgracias y ataques sociales? Esta señora debería, si no justificar a los estudiantes, sí comprender en su protesta, que entraría dentro de lo que se denomina "defensa propia". O sea, menos altivez, señora marquesina, y recuerde que donde las dan las toman.
Publicado por: Ferdinando Sapeno | domingo, 14 abril 2019 en 18:40