La airada salida de tono y de un plató de la televisión pública alemana de Josep Borrell ante el provocativo interrogatorio policial del periodista Tim Sebastian, ignorante en cuestiones españolas, fue un gesto antidiplomático que expresaba su ira al ser agredido en su dignidad, más que como ministro de Exteriores, como ciudadano español.
Luego volvió. No debería haberlo hecho, aunque pudo decirle a Sebastian que no sabía nada de España ni de nada del separatismo catalán, al que este émulo de Puigdemnont parecía representar.
Estando en una televisión alemana Borrell debería haberle preguntado si el interrogatorio era para la Gestapo o para la terrible Stasi de la Alemania comunista, hoy integrada en la República Federal, que aún existía 13 años después de la Constitución democrática española.
Ocurrió esta última semana. Borrell aceptó una entrevista con este periodista de 62 años que protagoniza el belicoso programa “Conflict Zone”, quizás por ser especialista en las guerras del Oriente cercano.
Estando en una televisión alemana Borrell debería haberle preguntado si el interrogatorio era para la Gestapo o para la terrible Stasi de la Alemania comunista, que aún existía 13 años después de que España fuera una democracia constitucional.
Periodistas como Sebastian contaminan con extraños prejuicios la imagen de España poniendo a los separatistas como víctimas de un país opresor que actúa como una dictadura, lo que se explica por:
1.- La persistencia de la Leyenda Negra, recosida con la memoria histórica de Zapatero a la del franquismo, cuando entre 1980 y 2004 España era ya para las opiniones públicas extranjeras una democracia ejemplar.
2.- La torpeza de los gobiernos, que desde Zapatero no han prestigiado exteriormente el país.
3.- Dos generaciones después, y traumatizados aún porque el franquismo colonizó los sentimientos patrióticos, muchos españoles creen que defender España es franquista. Para ellos es una de las peores democracias existentes, cuando los índices más acreditados la declaran de primer nivel.
4.- Los ingentes fondos invertidos persistentemente desde 1999 por la Generalidad catalana pagando a políticos y periodistas de todo el mundo para desacreditar España han demolido paralelamente su imagen en numerosos medios del exterior.
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OTRAS COSAS: PARA EVITAR EL SUICIDIO Y GANAR FELICIDAD ESTE DOMINGO, HE AQUÍ UNA FOTO TOMADA DEL BLOG DEL PERIODISTA, PROFESOR Y GASTRÓNOMO GALLEGO FERNANDO RAMOS
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No tiene usted razón, señor Morales. En casi nada de lo que sostiene.
Lo que hace que muchos europeos y de otros continentes sigan creyendo en la Leyenda Negra son los hechos que demuestran la persistencia y el poder del franquismo residual, VISTOS Y COMPROBADOS A DIARIO:
1. España es la única exdictadura del mundo que no ha hecho rendir cuentas a los dictadores ni los ha juzgado. Lo hicieron los alemanes con el nazismo, juzgaron los italianos a los mussolinianos, los argentinos a los coroneles, hasta en Cmaboya fueron juzgados los cómplices de Pol Pot, y en el vecino Portugal fue depurada la PIDE y el Régimen dictatorial. España es la rareza universal. ESPAÑA SOLO PUEDE SER PERCIBIDA COMO ANOMALÍA MUNDIAL. No creo que le cueste a nadie entenderlo.
2. España representa un Estado tan indeciblemente cruel, que la derecha, incluso la moderada, considera ridículo e improcedente que los ciudadanos RECUPEREN LOS CADÁVERES de los familiares represaliados por el dictador. Y que se rehabilite su honra. Inaudito. Por todo lo cual, ESPAÑA SOLO PUEDE SER PERCIBIDA COMO ANOMALÍA MUNDIAL.
3. El mundo entero sabe ya que un hecho tan natural y normal como trasladar los restos del dictador e impedir que se le siga honrando es aquí problemático y se oponen jueces, militares y ultras. Lo sabe bien el periodista que entrevistó a Borrel, por todo lo cual, ESPAÑA SOLO PUEDE SER PERCIBIDA COMO ANOMALÍA MUNDIAL.
4. Es no menos conocido que LA FAMILIA DEL DICTADOR SE NIEGA A RESTITUIR los bienes que acumuló por la fuerza y la rapiña, y que a un gobierno constitucional LE CUESTA INFINITOS ESFUERZOS OBLIGARLOS, por la fuerza que conserva el franquismo residual. Esto lo saben todos los periodistas bien informados del mundo (y usted?) por lo que es normal que interroguen a Borrell como lo han hecho. Borrell también lo sabe perfectamente, pero calla o miente porque le pagan para eso.
Por todo esto es imposible que España tenga una imagen de normalidad en el mundo. Súmele los apaleamientos inmotivados de ciudadanos catalanes; súmele la negativa a negociar consultas y referendos; súmele los elementos de verdad que sin duda contiene la Leyenda Negra (malos tratos durísimos atestiguados casi hasta 1800) y comprenderá que la Generalitat no tiene que gastarse ni un solo duro para desprestigiar al Estado residual-franquista. Ya se desprestigia él solo por todo el mundo y lo seguirá haciendo mientras quede en pie un solo energúmeno de los de "a por ellos". O sea, que menos cuentos y menos blanquear la negrura.
Publicado por: Magín Huarte | domingo, 31 marzo 2019 en 18:23