Dicen los aficionados a los toros que en sus poses y discursos Pero Sánchez es un torero probado nuevamente este sábado en Barcelona al citar a que lo embistan el PP y C’s exhibiendo cuerpo retador, chulo, bravucón con una media verónica: “Esperad sentados, vamos a gobernar hasta 2020”.
Dos años más dependiendo de bolivarianos, separatistas y filoetarras, aunque cuando presentó su moción de censura contra Mariano Rajoy el 1 de junio Pedro Sánchez prometió que convocaría inmediatamente elecciones.
Engañó al país, como los toreros a los toros, aunque sus espectadores barceloneses del PSC, que agitaban muy bailarines banderas catalanas, ninguna española, aplaudieron esa expresión desdeñosa que pareció rematar como diciéndose “¡Oleee…!”
Sánchez había acudido a Cataluña con el mejor pienso para toros de España, dinero, mientras que para el resto –con excepción del País Vasco—reserva lanza, banderillas, espada y puntilla. Las grandes inversiones, como con Franco, para los nacionalistas.
Su talante torero viene de cuando quiso ser jefe de la cuadrilla socialista y lo echaron. Renunció a grandes plazas y volvió de maletilla por los pueblos de España con un coche, decía que destartalado.
Ahora usa reactores y helicópteros del Estado para ir con la familia de bodas y festivales privados como un torero multimillonario y ya señorito.
Sus grandes faenas fueron, una, cuando en un debate preelectoral, como un agresivo Manolete, manos y rostro crispados como cuchillos cachicuernos, trató de provocar una reacción violenta de Mariano Rajoy llamándole varias veces indecente; otra, en la censura cuando prometió con pase de pecho y con la montera que es su cabeza que convocaría elecciones urgentemente.
La misión del torero es sortear toros, y en este caso los toros no sólo son PP y C’s, sino los españoles engañados y atónitos a los que reta con ese gesto displicente y despectivo: “Esperad sentados, ¡Oleee…, aquí estoy yo, el torero, ea, ea, ven pacá bicho español!”
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Tienen muchas cosas repulsivas los franquistas-post-Franco y los antidemócratas en general, pero una de las más repugnantes es su odio a los ciudadanos pregresistas o libertarios. Quisieran prohibirlos, expulsarlos, encarcelarlos. Ya que no pueden, por tratarse de opciones legítimas y legales, reaccionan tratando de vejarlos, llamándoles bolivarianos, filoetarras y separatistas. Un pataleo txorra, pues bolivarianos, filoetarras y separatistas tiene derecho a la existencia política, y ahí los vemos denunciando las miserias del Estado día a día, en las instituciones. No sólo eso, tienen derecho a existir incluso los filonazis que propugnan la prohibición de partidos políticos, la abolición de derechos conseguidos, la derogación de los impuestos para que los humildes costeen a la fuerza los caprichos de los ricos mediante impuestos indirectos. Son caca-patriotas, su patria nunca ha sido España, sino el Capital de los evasores que se llevan la pasta a Panamá para no tener que pagar las infraestructuras que usan. Esa es su patria, a pesar de que voxciferen sobre la sacralidad de las fronteras.
Pero ya digo, incluso estos tienen derecho a la existencia política. Pero ojo, van a dejar de tener ese derecho en cuanto empiecen a organizarse en pelotones de "camisas pardas", prestos a agredir mujeres libres, patriotas periféricos, emigrantes y gays. Cuandon empiecen con eso, lo cual parece inminente, habrá motivos para encerrarlos en el chiquero, y que embistan ahí las paredes a su gusto.
Publicado por: Tomás Solaguren | lunes, 14 enero 2019 en 16:36