La Comunidad Autónoma de Tabarnia, que nació para desconcertar al separatismo catalán porque si España podía romperse Cataluña también, es ya menos noticia desde finales de 2018, como si fuera menos necesaria al debilitarse el independentismo, aunque lo nieguen las autoridades regionales.
Pero Tabarnia sigue agazapada para romper el espejo en el que se miran los separatistas si se rearmaran, algo que facilitan las crecientes concesiones políticas y económicas que les hace en busca de continuidad el Gobierno provisional de Pedro Sánchez.
La supuesta Autonomía, formada por comarcas ricas de Tarragona y Barcelona (Ta-Barnia), con numerosa población opuesta al separatismo, es una de las áreas existentes en el mundo en las que importantes núcleos humanos que prefieren depender de sus países originales, no de los nacidos de las secesiones.
En los Balcanes y los Urales hay distintos casos, Irlanda del Norte es un claro ejemplo, en Baviera habría varias secesiones caso de su casi imposible separación de Alemania, y la idea de Quebec quedó rota por distintas causas, incluyendo la de que las “naciones” indígenas exigían seguir dependiendo de Canadá.
Albert Boadella, nombrado presidente de la Autonomía por sus promotores, protagonizó diversos actos que ridiculizaban a Carles Puigdemont y a otros separatistas, con gran algarabía de los constitucionalistas catalanes y de los demás españoles.
Boadella es, posiblemente, el catalán vivo más universal. Dramaturgo, actor y brillante escritor y analista, pertenece a la saga de los catalanes desconcertantes y geniales como Gaudí, Dalí o Josep Plá: un honor para todos los tabarneses.
Las Tabarnias en hibernación evitan secesiones y la de Cataluña, creada como provocación, ha superado todas las expectativas: su éxito y popularidad le han convertido en lógica, viable y deseable frente al separatismo.
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OTRAS COSAS RELACIONADAS CON LOS TAXIS. ALGUIEN HA CREADO EL SIGUIENTE TEXTO:
Tabarnia viene a ser la demostración de que, en las comunidades libres y tolerantes y democráticas CUALQUIER ENTIDAD se puede ir, si la mayoría que la habita lo desea, una prerrogativa que siempre deja pasmado al cejijunto y autoritario imperialista.
Mientras que en las comunidades sometidas por la fuerza, intolerantes y antidemocráticas, verbigratia, el Estado, nadie se puede ir por muy mayoritario que sea el deseo, ni se puede intentar negociar o dialogar.
De hecho, ni siquiera se puede PREGUNTAR para conocer, a manera de simple censo, cuáles son las proporciones de ciudadanos que optan por cada posición.
Si hacía falta clarificar cuál es la ESENCIA de España y cuál la de Cataluña, Tabarnia ayuda inmejorablemente. Como pocas cosas.
Publicado por: Miguel Comorera | viernes, 25 enero 2019 en 21:06