Hace dos meses y tras la inesperada caída de Mariano Rajoy por su moción de censura, Pedro Sánchez, el nuevo primer ministro, presentaba un “gobierno bonito” con once mujeres y seis hombres, algunos con nombres populares.
Como el españolista e intelectualmente más brillante de los políticos catalanes, Josep Borrell, la jefa de Presupuestos de la Comisión Europea, Nadia Calviño, el astronauta Pedro Duque, el juez antiterrorista Fernando Grande-Marlaska, o el famoso televisivo Màxim Huerta, que dimitió enseguida por sus antiguos problemas con Hacienda.
El resto de los titulares era menos conocido con excepción de la ministra de Defensa exmagistrada del Supremo, Margarita Robles, y la vicepresidenta Carmen Calvo, de actitudes e historial discutidos incluso entre militantes del PSOE.
Pero las primeras figuras brillaban y le dieron a Sánchez, que no concedía ni concede aún ruedas de prensa abiertas a todos los temas, una popularidad que según los sondeos subió sus 84 diputados actuales hasta más de 100.
Pero en estos dos meses le han caído encima múltiples problemas agravados por las exigencias de quienes apoyaron su moción de censura, ultraizquierdistas, nacionalistas, separatistas, incluso filoetarras.
Soportó al racista Quim Torra en la Moncloa con los provocadores lazo amarillo y exigencia de libertad para sus “presos políticos y exiliados”, y que Puigdemont lo chantajee con que su “tiempo se acaba”, por ejemplo.
Le concedió a Podemos sus deseos en RTVE y el Instituto Cervantes, retira impugnaciones a leyes vascas y catalanas que invaden competencias estatales y poco a poco va cediendo a los deseos de quienes le dieron el poder.
Vista su debilidad, y ante sus anunciadas vacaciones “muy merecidas” con abandono de sus funciones los taxistas colapsan las ciudades, los inmigrantes no respetan las fronteras, se preparan notables aumentos de impuestos, se acosa y persigue a los jueces y a los no independentistas en Cataluña sin respuesta policial y el país se calienta para un otoño de acciones pre-revolucionarias mucho menos pintureras que su gobierno.
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SALAS
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OTRAS COSAS: LOS APOYOS A LA HUELGA PATRONAL DE LOS TAXISTAS . PODEMOS Y LAS JUVENTUDES FALANGISTAS