Si usted busca en la gran prensa internacional el ejemplarizante caso de Roger Foley, un hombre de 42 años con una enfermedad paralizante progresiva, ataxia cerebelar, sólo hallará noticias en un periódico, el “National Post” de Toronto, donde ocurre la historia.
Narra que la sanidad canadiense le ha propuesto que vuelva a su casa sin asistencia alguna, que pida la eutanasia, que se suicide o que le pague al hospital 1.800 dólares nacionales (1.129,54 euros) diarios hasta su muerte natural.
El caso podría cubrir muchas primeras páginas y llenar telediarios, pero sólo aparece en pequeños sueltos en otros diarios del país, mientras se le presta gran atención a miles de kilómetros, en el sur estadounidense del “Bible Belt”, el Cinturón de la Biblia.
En España aparece, en una página católica de internet, Actuall, y en las de los familiares de enfermos de ataxia: las agencias le han prestado poca atención.
Y la merece por su componente ético o moral en una socialdemocracia al estilo europeo como la canadiense, pero sobre todo porque esto puede pasarle a cualquiera de nosotros cuando se legisle sobre la eutanasia, como ha ocurrido en Canadá en 2016, y antes en Holanda y Bélgica.
Dos países europeos de los que huyen muchos ancianos y enfermos, también con poca atención informativa: temen que les induzcan la muerte contra su voluntad, como ya comienza a ocurrir en Canadá con Roger Foley.
La regulación de la muerte apacible es necesaria, pero la sabia máxima de que “quien hizo la ley hizo la trampa” señala que con ella pueden colarse interpretaciones que lleven a la situación de Foley.
En una sociedad crecientemente materialista ni siquiera es noticia para los principales medios que el Estado induzca los suicidios, a los autoasesinatos o a innecesarias eutanasias porque es caro mantener con vida a un anciano, o a un enfermo crónico o terminal.
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OTRAS COSAS. SIENTO DESCONOCER QUIÉN COCINÓ ESTE SABROSO PULPO A LA FREGONA
El mileniarismo va a llegaaarrrrr!!!,pero
!El utilitarismo ya ha llegadoooo, Molaritos!!!, como ya ocurrió en el nazismo, donde el valor de la vida era inversamente proporcional a lo que cuesta sostenerla.
Si mantenerte vivo resulta demasiado oneroso para el Estado, no mereces vivir. Kaput y matarile.
La trampa está en alegar que los médicos llegan al ensañamiento cuando ya el paciente está desahuciado. Y eso es una enorme mentira.
Ningún médico sigue prolongando innecesariamente, dolorosamente, una vida en fase terminal. TODOS LOS MEDICOS aplican cuidados paliativos, para hacer más llevadero el dolor, y cuando así lo consideran oportuno -normalmente de acuerdo con la familia- dejan de prolongar inútil y dolorosamente esa vida que ya se les escapa de las manos.
NO MIENTAN MÁS los “ingenieros sociales” que luego dan lecciones de moral, ética y bondad universal: Los médicos evitan al máximo el sufrimiento y jamás se ensañan con sus pacientes terminales, sino que los asisten con entrega y compasión.
Y NO ENGAÑEN MÁS, diciendo como hacen con el aborto, que “ESTA LEY NO OBLIGA A NADIE”, cuando saben bien de la autoridad moral asociada a las Leyes.
Hicieron lo mismo con el aborto. La madre sufre, el feto sufre….El caso es sacar la ley envuelta en el celofán del truco semántico, “derecho a decidir”, “derecho a morir con dignidad” (¿es indigna alguna muerte?), para conseguir el objetivo de soltar lastre incómodo, trabajoso y caro.
La ingeniería social de los que se dicen “progresistas” y “modernos” no es casual y fortuita. Utilizan la baza de los complejos y la cobardía, del temor a las etiquetas de carcundia….y siguen dando pasos atrás, arrastrando a la sociedad camino del precipicio.
Como callaron con el exterminio de los cachorros en gestación, callan con la eutanasia los medios y partidos liberales, no sea qué los etiqueten. Callan los católicos, sus curas y docentes aunque les repugne la idea, y aceptan todos la muerte del niño y del viejo como un procedimiento “médico” más,
El REy Balduino de Bélgica se quitó la corona en 1990 durante 48 horas para no tener que firmar y ser cómplice de la Ley que autoriza a matar hijos. Con un par, y aun sabiendo que brindaba una baza a los republicanos belgas.
Claro que Balduino era un hombre de profundos valores éticos y morales, de los que ya no quedan.
Curiosamente, los buenistas /solidarios son los grandes abanderados de la cultura de muerte. Hiprógritas!
P.D. Tengo media docena de hijos. Todos tienen distinto grupo sanguíneo que yo, así que no puedo darles mi sangre, ni fueron jamás parte de mi cuerpo, (algo imposible porque los rechazaría) , sino solo inquilinos ocasionales. Por eso cuando oigo hablar del "derecho a decidir sobre el propio cuerpo" me entra la risa floja.
Por cierto, llevamos en España más de DOS MILLONES y pico de cachorros eliminados desde que pusieron en marcha este """derecho""" a disponer de la vida ajena. Del orden de 125.000 al año, actualmente.
Ahora Podemos y cía quiere impedir que organizaciones como HazteOir, informen y ayuden a las gestantes con problemas que se plantean un aborto. Remachando el clavo, o sea.
Publicado por: MIRANDA | martes, 27 marzo 2018 en 16:57