La político-social de la Generalidad

Cuanto más se investiga el sistema político paralelo que creaba la Generalidad para la independencia los jueces descubren que encaminaban a Cataluña hacia una dictadura tutelada por su brigada político-social formada por Mossos d’Esquadra de ciega fidelidad a la futura patria.

La “secreta” controlaba a los no afines al independentismo, como se comprobó después de que la Policía Nacional evitara el 26 de octubre la incineración de documentos con pruebas sobre esta nueva Gestapo oculta bajo su goebbeliana “revolución de las sonrisas”.

La Generalidad independendentista, además de proponerse nombrar a los jueces y someterlos a su voluntad, conocía ya numerosos datos para chantajear y perseguir a los opositores, incluso para denunciarlos ante los activistas, con numerosos voluntarios dispuestos al matonismo, de la ANC, de Jordi Sánchez, y de Omnium Cultural, de Jordi Cuixart.

El espionaje llegó tan abajo que hasta un presentador del programa “Espejo Público”, Albert Castillón, tenía un dossier de 14 folios. Y habían sondeado a sus Willy el Niño dispuestos a torturar detenidos.

Luego están sus ocultaciones, como la de lo que sabían de los terroristas que provocaron 16 muertos en Barcelona y Cambrils este verano, porque acaba de descubrirse que tenían fichados a tres de ellos antes de la masacre, algo que luego negaron.

Hay numerosos datos de la existencia de unidades armadas dispuestas a actuar a las órdenes de los políticos golpistas, extraídas de entre los 17.000 agentes a los que el año pasado el Ministerio de Interior les negó autorización para adquirir armas de guerra.

Ejemplo: Albert Donaire, fundador de la asociación “Mossos por la independencia”, con 150 agentes y 400 colaboradores dentro de la ANC, que amenaza a los constitucionalistas y defiende el fusilamiento de los no patriotas; pese al 155, sigue en ejercicio.

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SALAS