Una vez cancelada la Barcelona World Race por la inestabilidad política catalana, lo que posiblemente ocurrirá con otros grandes acontecimientos nacionales e internacionales allí, deben recordarse los avisos que recibieron la Generalidad y el Ayuntamiento de que iban por un mal camino que sólo están iniciando.
Al pasado día 8 Crónicas Bárbaras se centraba en las advertencias de los empresarios alemanes en Cataluña, y que el cronista repite hoy porque esos mismos representantes de empresas que van desde grandes multinacionales hasta pequeños emprendedores, están alertando a las autoridades de su país sobre el origen del conflicto con el resto de España, del que en gran medida es culpable Carles Puigdemont. Detenido en una cárcel de su país a petición de las autoridades españolas.
Pongámonos en el día 7 de marzo, un día antes de la publicación de la crónica:
Los independentistas encabezados por Roger Torrent, presidente del Parlamento y mayor autoridad catalana mientras no haya gobierno, están siendo seriamente advertidos por las multinacionales sobre la ruina a la llevan a su región de persistir su desafío a la Constitución española.
Este martes Torrent recibió un aviso durísimo de los 200 empresarios del “Círculo de Directivos de Habla Alemana” en Cataluña, cuya mayoría aplaudió a un interviniente que expresó su deseo de que todos los políticos separatistas fueran enviados a prisión.
Ya en 2014 estos gestores de decenas de grandes empresas, como una de las mayores financieras del mundo, Allianz, habían advertido a la Generalidad que abandonarían Cataluña, pero no España, si seguían la deriva separatista.
Solo las diez mayores multinacionales en Cataluña facturan 25.000 millones de euros y generan unos 30.000 empleos cualificados, los mejor pagados; en su mayoría son alemanas, como Seat, Volkswagen, Lidl, Aldi, Basf, Schneider Electric y Bayer.
Allianz, con unos activos casi iguales al PIB anual español, 955.000 millones de euros, ya abandonó su filial de Barcelona y se trasladó a Madrid, y tras esa compañía hay una fuga permanente de hasta veinte empresas diarias, como el pasado lunes.
Todas trasladan su sede social y fiscal, aunque de momento no cierren sus instalaciones, pero la fiscalidad supone ingresos enormes donde se instalan, y pérdidas donde abandonan.
El deplorable momento que vivió Torrent en la comida en el elitista Círculo Ecuestre fue ligeramente atenuado por el presidente de los alemanes, Albert Peters, que le pidió disculpas, mientras sugería que quizás el Rey fue un poco duro con ellos y que el Gobierno debería dialogar sobre ampliar las inversiones allí.
Una calmante para un herido al que previamente le han asestado terribles cuchilladas.
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Lo que nos faltaba es que ahora la política la dirigieran los intereses empresariales y no los ideales políticos y las ideas. Nada de "la deriva", sino las ideas políticas legítimas de la mayoría de los catalanes.
El daño "a la región" (es decir, a la NACIÓN catalana), está siendo igualmente daño al Estado, y seguramente el tramposo gobierno central ya se ha arrepentido de su decreto fomentando la huida de empresas. (Pero sólo se van las sedes, no el tejido productivo, por más que nos quieran engañar).
Y la brecha social no es entre catalanes y españoles, otro fraude. Es entre españoles tolerantes y demócratas y españoles autoritarios y añorantes de la dictadura. La manifestaciones en Madrid a favor del derecho a decidir no han sido precisamente insignificantes.
Publicado por: Carly | domingo, 01 abril 2018 en 13:01