En 2016 el partido Alternativa por Alemania (AfD), fundado tres años antes y que ahora es el principal opositor al gobierno de Angela Merkel, escandalizó al país al rechazar la llegada masiva de refugiados musulmanes, invitados por la canciller, al advertir en su congreso que “el islam no forma parte del país” y que “su versión más ortodoxa es anticonstitucional”.
Para sorpresa general es ahora el nuevo ministro de Interior Horst Seehofer, a las órdenes Merkel, quien repite la doctrina del partido calificado de ultraderecha.
Desde las elecciones del pasado septiembre los 92 diputados de la AfD son el grupo mayoritario de la oposición --con otros tres partidos más-- a los 399 diputados de la mayoría gobernante cristianodemócrata-socialcristiana y socialdemócrata.
“No, el islam no pertenece a Alemania. Alemania está marcada por el cristianismo”, dijo Seehofer en una entrevista respondiendo una afirmación del expresidente alemán Christian Wulff, que luego fue asumida por Merkel, de que son parte de Alemania “tanto la religión” como los, al menos, cuatro millones de “musulmanes que residen aquí”.
Seehofer ya había matizado que los musulmanes sí pertenecían al país, pero no la religión ni sus tradiciones ni normas, por lo que “por falsa condescendencia no debemos renunciar a nuestras costumbres y tradiciones”. Se refería, entre otros casos, a menús escolares sin las habituales salchichas de cerdo.
Este choque tras formarse gobierno advierte que las ideas de la AfD han penetrado en los partidos de la última coalición de Merkel, canciller desde 2005 y que, entre 2015 y 2016, atrajo a más de millón y medio de refugiados musulmanes de oriente próximo.
Ahora Hungría y Polonia, que rechazan la entrada a mahometanos, tienen ya potentes aliados en una Alemana dividida ante el islam.
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OTRAS COSAS
Una religión que fanatiza, manipula, adoctrina, controla la vida de las personas hasta lo que comen o visten, demoniza las demás creencias y persigue/justifica la muerte de los infieles, es una desgracia para la Humanidad
Cierto que no todos colocan bombas, pero TODOS justifican y silencian el yihadismo y sus "hazañas" criminales De hecho, si los millones de musulmanes no-activistas de la violencia no fuesen cómplices de los violentos,por acción u omisión, no existiría el menor problema de convivencia, asimilación y aceptación del islamismo, como ocurre con el resto de las religiones.
La cuestión clave es: ¿Es el islam compatible con los valores de la civilización occidental?
Todas las ideologías y religiones son respetables mientras su discurso no amenace la seguridad, la paz y la convivencia de los ciudadanos.
Como se prohíben en la democrática Alemania los partidos y discursos neonazis. Como también se vetan algunas sectas.
Lo que aquí no se está afrontando es que el Islam y el Coran son contrarios a los principios de esta sociedad civilizada y respetuosa. Un mínimo conocimiento de las sociedades islámicas, repugnantemente machistas, que persiguen y humillan al infiel, dan muerte a los apóstatas que abandonan el islamismo, no permiten otras creencias ni edificación de templos, castran niñas, maltratan esposas, lapidan adúlteras, aceptan la pederastia, casan a las niñas con mayores (Mahoma tuvo una esposa de 9 años, entre otras, y eso sentó sagrado precedente), someten y controlan a la mujer, o sea a la mitad de la población, por no mentar los movimientos terroristas, las luchas y crímenes entre facciones, da una respuesta muy negativa a la posibilidad de que se asimilen y adapten a la vida occidental.
Los musulmanes quieren nuestras leyes para conquistar nuestra sociedad y dominarla. Luego gobernarán con las suyas.
Publicado por: MIRANDA | martes, 20 marzo 2018 en 14:55