Hay dos preguntas que la nueva magistrada española del Tribunal Europeo de los Derechos Humanos (TEDH), María Elósegui Ichaso, no quiso contestar en una entrevista: ¿Es usted del Opus Dei? ¿Está a favor del matrimonio homosexual?
Quien como ella deja ambas dudas parece decir que pertenece a la organización religiosa y que no aprueba el matrimonio homosexual.
Numerosos medios supuestamente progresistas, portavoces de la policía del pensamiento, la han acusado de fanática religiosa y homófoba.
Y exigen que esta doctora en Derecho y Filosofía, académica de Jurisprudencia y Legislación, no represente a España en el TEDH sentándose junto a los otros 46 magistrados de los demás países del Consejo de Europa.
Los jueces tienen que aplicar las leyes aunque no les gusten, y esta Catedrática en España y en EE.UU y Canadá ha recibido los mejores informes por sus cinco años de trabajo en la comisión europea contra el racismo y la intolerancia del Consejo de Europa, del que depende el TEDH.
Además, ha colaborado en proyectos legislativos del PP y, asómbrese, del PSOE.
La influencia de la conciencia de los jueces o los magistrados de cualquier categoría estará siempre presente en toda sentencia, y de ahí la importancia de que las leyes sean tan claras que se presten el mínimo posible a la interpretación.
La profesora Elósegui, a la vista de su prestigio, parece haber sabido separar sus creencias del acatamiento y la aplicación de las leyes vigentes, pero la policía del pensamiento no descansa: está a la caza de todo disidente que no defienda públicamente lo que declara como dogma indiscutible progresista, que es cualquier memez seudoprogreswista
Todo liberal debe defender a Elósegui. Incluidos quienes, como este cronista, nunca fueron católicos y eran rojo hasta que vivió en los paraísos comunistas, llamados socialistas, y que siguieron siendo progresistas hasta que descubrieron que el verdadero progresismo es otra cosa, porque el llamado así es estúpidamente reaccionario.
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No acabo de entender ese tercer grado mediático a un juez o jueza...cuando en este gremio hay de todo como en botica, algunos bastante frívolos y radicales, y no se oye a ningún periodista hacer relación de sus filias y sus fobias.
Lo que hay que exigir a un juez es que sea justo, honrado, ético y responsable. Su condición religiosa o política, sus opiniones sobre cuestiones morales, no deberia en ningun caso influir en sus decisiones, si partimos de la base de que solo aplican la Ley de forma objetiva.
Lo jocoso, por no decir hilarante, es que los progres más radicales, poseedores de La Verdad Unica y vigilantes del Pensamiento Exclusivo, no se escandalizan ni vilipendian a los jueces de su cuerda y condición, por preocupante que pueda resultar verlos administrar justicia desde su trasnochada ideología marxista-leninista.
Esta prestigiosa profesora ha jurado acatar la Ley y aplicarla al margen de sus creencias. ¿Por qué creer a pies juntillas en la equidad de los jueces progres y poner en duda la de los que no lo son?
Publicado por: MIRANDA | domingo, 28 enero 2018 en 21:45