Este fin de semana se manifestaron en Bilbao entre 30.000 y 90.000 personas, según distintos conteos, para exigir el acercamiento al País Vasco de los 314 presos etarras que hay actualmente.
De ellos, 61 están en Francia, que anunció ese acercamiento la semana pasada.
Los familiares y simpatizantes de los terroristas, alguno causante de hasta treinta asesinatos, anuncian que cuando logren este objetivo convocarán más manifestaciones petitorias hasta conseguir un indulto general.
Creen que les ayudará a obtenerlo el gobierno vasco, que presionaría a Mariano Rajoy a cambio de respaldar su política económica.
Ente tanto, los presos se niegan a aclarar quiénes fueron los etarras autores de 300 asesinatos sin resolver, como se negaron también otros presos liberados alegando un arrepentimiento, obviamente falso.
Lo que puede analizar la ciudadanía es el valor de las peticiones de las manifestaciones que pretenden soslayar la legalidad.
En los últimos años las mayores de España se produjeron en Barcelona convocadas por los independentistas, a la vista de las cuales tanto el PSOE como Podemos le pedían al Gobierno que les hiciera concesiones.
Inopinadamente Mariano Rajoy se mantuvo firme y ahora vemos como se rompe la unidad de los partidos convocantes de aquellas demostraciones.
Que finalmente fueron respondidas con no menor asistencia por los constitucionalistas, que desconciertan ahora a los separatistas con su idea de crear Tabarnia, Comunidad Autónoma en Tarragona y Barcelona diferente a Cataluña.
Las manifestaciones petitorias, aunque sirvan para el masajeo moral mutuo de los asistentes, casi siempre reflejan un entusiasmo contagioso, pero temporal que decae si se desatiende: no hay que hacerles mucho caso.
Las hemerotecas y el NO-DO muestran Bilbao y Barcelona hace medio siglo con manifestaciones mucho mayores que las actuales vitoreando a Franco entre pancartas dedicadas a “Nuestro Invicto Caudillo”.
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Primer discurso del Presidente de Tabarnia en el exilio, Albert Boadella
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Hay que estar muy mal de la olla para promover una comedia bufa con un guión imposible, actores impostados y dirección mendaz…. a menos que el equipo de producción conocido como Convergencia se mueva en una escombrera de corrupción y provea de pasta gansa a todos sus leales durante 35 años. Entonces la loca aventura puede tener una contrapartida jugosa.
Me reitero en la convicción de que toda esta estrafalaria comedia tuvo como finalidad básica el encubrimiento del saqueo de la famiglia Pujolone, los Mas y demás cómplices, como los sinvergüenzas implicados en el caso Palau de la Música que, entre otras muchas mordidas y pellizcos cuantiosos para cubrir sus fraudes, desviaron muchos millones para financiar Convergencia, que enlodó su gestión política como si de la mafia siciliana se tratara.
Tarde, como suele, la Justicia ha fallado condenando a los ladrones. Que lo devuelvan todo!
http://www.abc.es/opinion/abci-convergencia-saqueo-catalanes-201801160257_noticia.html
Nos hemos acostumbrado de tal manera a chapotear en la corrupción de los partidos y aledaños que ya parece que ni nos afecta....siendo tan grave como es para la Democracia.
El intenso expolio de las arcas públicas catalanas provoca un nuevo escándalo mediático, sin que el soberanismo mueva una ceja. De sobra lo sabían todos. Eran ladrones, pero eran "nuestros ladrones"
Y ahí siguen, blindados por el victimismo y la enajenacion, sin que su moral burguesa parezca afectada por el delito y la desvergüenza de los delincuentes.
Las empresas escapan, el turismo decae, el paro sube...¿para qué sacar del armario el 4% y las comisiones cuantiosas, incluso el pago de eventos privados, bodas y bautizos de luxe, costeados por los contribuyentes, todo eso que la burguesía catalana fingia ignorar, en un toma-y-daca provechoso para todos?
Por eso el escándalo no lo ha sido tanto para los catalanes, los que pagaban y los que ponían el cazo. Todos estaban al tanto. Ahora viven en desconcierto: les han descabezado la cúpula convergente, mientras los demás españoles tenemos la impresión de habernos equivocado con el proverbial seny catalán.
No era eso. No era eso.
Publicado por: MIRANDA | martes, 16 enero 2018 en 14:29