Hace tres años que Pablo Manuel Iglesias Turrión era la estrella que acaparaba televisiones para advertirle a Mariano Rajoy con suficiencia y desprecio que el segundero del reloj, tictac, tictac, señalaba que su tiempo se agotaba rápidamente.
Imitaba la onomatopeya de Hugo Chávez, que la empleaba para anunciar el final de sus enemigos, pero pasados mil días “el dinosaurio todavía estaba allí” y Pablo Manuel emite ahora el glugluglú de quien se ahoga, sobre todo tras el fracaso de En Comú Podem en las elecciones catalanas de diciembre.
Podemos, una extrema izquierda creada en la Facultad de Políticas de la Complutense por Turrión y otros exestudiantes contratados eventuales a 600 euros como profesores auxiliares de auxiliares, propugnaba la teoría de que el mundo se divide entre “los de arriba y los de abajo”.
En cuando lograron grandes sueldos en los parlamentos europeo y español y en algunos ayuntamientos, se volvieron “de arriba”, como los históricos, PSOE y PP, lo que ha ido restándoles apoyo electoral, como en Cataluña.
Iglesias trata de no identificarse allí con los partidos constitucionalistas, como acaba de hacer absteniéndose y negándole su voto a Ciudadanos para presidir el parlamento autonómico, lo que supuso dárselo a los separatistas de ERC.
Para justificarse apela al tópico de que el problema de los catalanes es que “ya está bien de tomar el pelo a la gente. En este país, la gente trabaja en condiciones muy difíciles, están bajando las pensiones y seguimos con circo”.
“Me parece muy bien que los señores de Tabarnia hagan el circo (…) que al final permite que los corruptos de siempre sigan mandando”, acaba de decir en Telecinco.
Escapismo para tapar con blablablás que le entrega Cataluña a los corruptos separatistas, por lo que se ahoga merecidamente haciendo glugluglú
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NO OLVIDEMOS
No surprise, amigo Molares. La muchachada ultracomunista podemita configura la cofradía del Santo Reproche, condición que les permite salir en la TV siempre airados y dando lecciones de moral para pánfilos y arrogándose la representación de los pobres, de la gente de a pie, sus inquietudes e intereses.
Entre cabreados y victimizados, pontifican a lo grande y satanizan al enemigo por pantallas y micrófonos, en busca de protagonismo y propaganda.
Agitan su Código Etico, alardeando de transparencia y honradez, aunque silencian los delitos (malversacion, prevaricación) de su gente, a la que NO obligan a abandonar los "círculos" viciosos.
Su "Verdad" chirría cuando silencian o justifican los crímenes de narcodictadores que los proveen de pasta y consignas. O cuando defienden a terroristas con 900 muertos a la chepa, para los que piden amnistía y libertad. O apoyan a golpistas sediciosos empeñados en encubrir ladrones, romper la unidad del país y ciscarse en esa mitad de catalanes que se sienten también españoles. No digamos cuando llevan al desastre las ciudades en las que gobiernan, a veces apoyados por el PSOE, partido que se dice constitucionalista.
Creen estos patéticos pedantuelos que inventando palabros consiguen cambiar el significado de las cosas. Así, cuando estos intolerantes antidemócratas acosan, escrachean, insultan, revientan actos o conferencias lo llaman broma o gamberrada. pero si son ellos los victimizados, entonces lo llaman "acción fascista violenta que incita al odio".
El alicaído Coletas decía que se emocionaba cuando veía gente revolviéndose contra la Policía. Y animaba a sus secuaces a dar caza a los fachas, okupar calles y escaños con pancartas, camisetas, ruido, gestos voces, aplausos, bebés lactantes, micciones de censura y tics adolescentes.
Lo que no dice es que en los ayuntamientos que controla Podemos crean sus "comisarios políticos vecinales" para controlar y vigilar a todoquisque. Creíamos que estos residuos revolucionarios -consejos comunales, asambleas- solo quedaban en Cuba y Venezuela, pero no. Los chavistas españoles también tienen redes de control ciudadano, dizque "para mejorar la vida de los vecinos", cuando actúa como policía paralela. Por no mentar los comandos cibernéticos que insultan y calumnian a los enemigos en la Red.
Es lo que tienen los regímenes totalitarios, como el que Podemos, o lo que quede del club, pretendía instalar en España, con la vista puesta en la Moncloa y tras el triturado de ZPedro.
Ahora que más gente le ha visto el truco al mago de Hoz y Coz, y si el PSOE toma al fin conciencia de su condición constitucionalista, lo va a tener bastante crudo para aposentar el antifonario en el sillón presidencial.
Publicado por: MIRANDA | jueves, 18 enero 2018 en 17:14