Si se enfrentan los trabajadores automovilísticos y sus empresas, siempre ganarán estas, que no dudarán en buscar mayores beneficios para sus accionistas en países pobres sin tradición industrial: o productividad competitiva o cierro la fábrica.
Algo que han comprobado ahora los 5.700 trabajadores de la fábrica de Opel en Figueruelas, Zaragoza, de la que dependen 36.000 familias y que estuvieron hasta este lunes a punto de quedarse sin empleo a medio plazo.
Sus sindicatos aceptaron un acuerdo que rechazaron antes insistentemente: comprobaron que cualquiera puede hacer coches, y que la competitividad, además de entre distintas marcas, está entre las fábricas de la misma marca para incrementarle los beneficios a los accionistas.
Los de Opel exigían un aumento de los salarios que ya les abonaba General Motors, la anterior propietaria, que ya son un 17,2 por ciento superiores a los que pagan sus nuevos dueños franceses, PSA, a los empleados en sus fábricas en Vigo, Citroën, y Villaverde (Madrid), Peugeot.
Aunque seguirán cobrando casi lo mismo tras ese acuerdo in extremis, los aragoneses y sus allegados quedan temblando: la propietaria de Opel desde agosto de 2017 estaba dispuesta a dejar agonizar Figueruelas privándole de nuevos modelos y de la renovación de otros, como el Corsa.
España tenía tradición industrial con Pegaso cuando nació Seat, que no supo sobrevivir con FIAT –tampoco Barreiros con Chrysler--; desde 1986 es de la alemana Wolksvagen, que va a ensamblar tres de sus modelos, Ibiza, Arona y León, en una fábrica todavía pequeña en Relizane, una ciudad en el interior de Argelia: cuidado, separatistas, que jugáis también con Seat.
Por su parte PSA, que tiene en la península ibérica fábrica además de en Vigo, en Mangualde, Portugal, producirá hasta 200.000 coches anuales próximamente en una nueva factoría de Kenitra, cerca de Rabat, en Marruecos.
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VOLVEMOS CON LA TABARNIA TRIUNFANTE
Repugnante canto a la explotación, al chantaje y a la manipulación de la clase trabajadora por parte del Capital multinacional todopoderoso. "O aceptáis los salarios que nos dé la gana pagaros, aunque sean de hambre, o nos vamos a otro país más adocenado y obediente y os dejamos plantados".
Pero no toméis la parte por el todo, ni un momento histórico muy negro por EL TIEMPO. Queda mucho que ver.
Publicado por: Sybilla | miércoles, 31 enero 2018 en 18:51