Aparte del problema catalán, la corrupción del PP en Valencia y Madrid, del PSOE en Andalucía o de Podemos en Venezuela e Irán, en España sufrimos múltiples casos de picaresca montada por parásitos para explotar los impuestos de los ciudadanos.
Uno de ellos es noticia estos días: el de las carreteras y demás obras públicas que deben construirse bajo la “perspectiva de género”, dizque en interés de la mujer y de los colectivos LGTBI.
Comienza ya a tener efecto la ley autonómica 3/2016 de “Protección Integral contra la LGTBifobia y la Discriminación por Razón de Orientación e Identidad Sexual”, apoyada entusiásticamente en la Asamblea de Madrid por Cristina Cifuentes, la progresista presidenta popular.
En su artículo 21 ordena: “Todas las disposiciones legales o reglamentarias de la Comunidad de Madrid deberán contar con carácter preceptivo con un informe sobre su impacto por razón de orientación sexual, identidad o expresión de género por quien reglamentariamente se determine”.
Ya la imitan en el resto de España; y en Madrid aparecieron rápidamente ejércitos de supuestas urbanistas feministas exigiendo cobrar por informes cuyas conclusiones son perogrulladas que afectan a todos y que se resumen en:
Son necesarios más y mejores servicios públicos, más iluminación callejera y mayor seguridad; unas demandas generales, incluidas las de los despreciables heteropatriarcas a los que también atacan, atracan y pueden matar en las calles oscuras sin vigilancia.
Así que en Madrid el no siempre obediente Ayuntamiento podemita acaba de abonarle sin concurso a unas camaradas 52.000 euros por un informe que no aportaba nada nuevo sobre los túneles de circunvalación “desde la perspectiva de género”.
Cuando la perspectiva de género sería algo tan “femenino” como eliminar baches o adoquines, por ejemplo, porque el 90 por ciento de las mujeres usan tacones, incluso las LGTBI, que al tropezar se dan unos trompazos morrocotudos.
Aunque, dada su extraña simbiosis con el islamismo, las neofeministas-L que se han apoderado del feminismo quizás quieran establecer ahora la segregación de hombres y mujeres en vehículos, piscinas o espectáculos públicos: así no tienen competencia.
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RECUERDO
Con tanta estupidez ahora cada vez que entro en un túnel le veo el aspecto sexual... entro despacito, rápido, entramos todos juntos, por separado, y si damos marcha atrás?
Y una vez dentro... por donde se supone que sales??
Publicado por: Demafanequeira | martes, 23 enero 2018 en 22:03