La vuelta como diputado al grupo socialista anunciada por el que fue su ensoberbecido líder Pedro Sánchez es una amenaza para ese partido, del que toda persona rechazada como él se habría apartado si no quisiera ser dañina.
Porque quien ocupó el trono de Felipe González no querrá ser jamás uno más de sus 85 diputados casi anónimos, miembros de innumerables comisiones dedicadas estudiar la erradicación del cangrejo americano o los arcenes de las carreteras.
Él sigue queriendo gobernar España, tras dejar claro además que divide a los socialistas en bandos beligerantes, el suyo, cuya única doctrina es el no a Rajoy aunque eso lleve a unas elecciones en las que su partido será aplastado, y el de los que quieren evitar ese suicidio.
El pasado fin de semana Pedro Sánchez quedó políticamente muerto, le clavaron estacas en el corazón como a Drácula, pero ha sobrevivido cual zombi, con el recuerdo de lo que fue, buscando volver a serlo y contagiando nuevamente esa ambición a quienes lo habían acompañado en su delirio.
Decía antes de su debacle electoral en Galicia y Euskadi que nunca dimitiría porque era secretario general del PSOE, electo por 56.409 militantes en primarias: realmente, casi nada
Olvidaba que en las elecciones de junio sólo logró cinco millones de votos y 85 diputados, muy por debajo de los más de once millones de votos y 202 diputados que llegó a tener el partido.
El PSOE se libró de su generalato tras comprobar que moriría desangrado por sus feroces dentelladas, cada una de las cuales le quitaba cientos de miles de electores.
Ha entrado en guerra. Su vuelta al Parlamento como hambriento jefe de su banda de zombis iniciará graves ataques a otros socialistas, a los que querrá devorar para seguir existiendo.
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Siento decirle que usted no ha entendido ni jota de lo que está pasando. La debacle de Galicia y Euskadi no es propiedad de Sánchez, sino del PSOE. Y a Sánchez no le clava ninguna estaca la militancia, sino los reaccionarios "barones" que quieren un partido claudicado y al servicio de Rajoy.
¿Sabe usted cuál es la función de la "gestora"? Muy fácil, es sacar adelante lo que la militancia no quiere: un nuevo gobierno de Rajoy, encargo de la reaccionaria Susanita y del adefesio caduco F. González. La misión de la gestora del PSOE es hacer tragar a la militancia el sapo de la abstención en la investidura de Mariano Delincuente, haciendo que la militancia crea que le están ofreciendo un bombón. Pero les va a costar un huevo, porque la infame gestora tiene mil ojos sobre ella, ojos atentos a la pifia y el desafuero, y van a saltar sobre los tramposos que quieren timar al militante. En el mejor de los casos, se va a votar con libertad de voto, ya que los socialistas catalanes, vascos y otros no tragan la jugada tramposa que les quieren encajar. En cuanto a Sánchez, hace bien en no irse. Él sabe, usted sabe, todos sabemos que no lo ha echado la militancia socialista, sino una gestora vendida, tramposa y desacreditada al servicio del PP. Por lo tanto, Sánchez puede y DEBE volver con la cabeza bien alta, sin permitir que los enterradores del PSOE, los felones barones se salgan con la suya. Mariano Delincuente, de momento, bastante tiene con cargar con la cruz Gürtel, que estos días le pesa un montón.
Publicado por: Diego Alfar | miércoles, 05 octubre 2016 en 17:39