Medio año de gobierno en funciones, sin iniciativas legislativas, y la economía española marcha normalmente, reduce el desempleo a cifras de hace casi una década, y la vida nacional sigue tranquila, como si hubiera un ejecutivo fuerte.
No hay anarquía por este desgobierno. Sólo amenazas de crear policías políticas en localidades regidas por Podemos & Co., donde toman importantes barrios los rufianes y sus pupilas, junto a okupas, manteros y chabolistas.
Aunque esto irrite, todos esperan que gobierne el PP tras las elecciones del 26 de junio, cuando obtuvo 137 diputados tras superar los 123 del 20D; además, los que aspiraban a sustituirlo perdieron escaños y/o votos.
El PSOE dilapidó cinco diputados más y cayó de 90 a 85 –llegó a tener 202--, y aunque Unidos Podemos mantuvo 71 sumando a Izquierda Unida, perdió 1,2 millones de sufragios y superó solamente en 77.319 votos a Ciudadanos, que sin embargo quedó con 32 parlamentarios.
El PSOE insiste en que se opondrá radicalmente a un gobierno del PP, y Ciudadanos rechaza que el futuro presidente sea el vencedor electoral, Mariano Rajoy.
Aislado el PP, como posibles auxiliares gubernamentales están los nacionalismos “moderados”, como la minúscula Coalición Canaria, con 78.080 votantes y el PNV, 286.215.
Con tan poco peso, aunque cinco diputados, el PNV pide para apoyar al PP alegrarle la vida a los etarras presos, algunos que asesinaron a decenas de personas, dirigiendo las cárceles vascas y quizás liberándolos, lo que sería otro crimen inaceptable para los españoles.
En esta situación, o cambian PSOE, Ciudadanos y las exigencias del PNV, o, como la economía resiste inexplicablemente bien, Rajoy deseará unas terceras elecciones.
Porque la tendencia electoral señala que podría alcanzar la mayoría absoluta, mientras que PSOE y Ciudadanos empequeñecerán hasta quedar como liliputienses.
-------
Que vamos a por las terceras está casi fuera de duda, porque lo que no se puede hacer es permitir la investidura de un gángster corrupto y protector de corruptos, permitir que gobierne un rufián cuya formación política es la lectura del Marca.
Que vaya a salir reforzado el gángster es ya algo más dudoso, pues muchos se arrepienten ya de haberlo votado por miedo y mentiras, para comprobar al día siguiente el hachazo a las arcas públicas de las pensiones, y ver que de pronto a los periódicos del régimen se les acaba el rollete de Venezuela y las calumnias de Irán.
Si vuelve a salir ganador el rufián en funciones, quedará certificado el cretinismo masivo del pueblo español, único en el mundo que premia la corrupción y apoya a los que le mienten, escarnian y saquean, con lo cual mejorará mucho el auto-conocimiento nacional y aquellos que hemos conservado algo de sentido común tendremos ocasión de ir preparando las maletas para dejar un País que se ahoga en su propia mierda.
Y si el rufián-en-funciones es finalmente repudiado, se abrirá una nueva era de esperanza como la que se abrió en los gobiernos locales y Ayuntamientos, cuyos frutos ya están apreciando los ciudadanos, a pesar de las zancadillas puestas por los pro-corrupción. Salga lo que salga, va a estar bien, sea para la permanencia en la esperanza, sea para la huida de la podredumbre.
Publicado por: Santos Dupont | jueves, 07 julio 2016 en 16:39