Desde mediados del siglo XVII, cuando los precursores ingleses de la Ilustración declararon que todos los hombres eran iguales, concepto que consagraron las revoluciones estadounidense y francesa, las democracias rechazaban las singularidades del antiguo régimen que quiere recuperar Pedro Sánchez para satisfacer a los separatistas catalanes.
El PSOE, cuya razón de ser era la igualdad, se suma ahora a las premodernas exigencias de más fueros, como los de la Constitución de 1978, que al aceptar los foralismos vasco y navarro logró que los habitantes de sus territorios obtuvieran mejores, por tanto más injustos, repartos de riqueza.
Ese fue el error constitucional cometido para tratar ingenuamente de amansar la fiera etarra, y precio pagado por el resto de los españoles, que no deben aceptar ahora que les añadan otro foralismo que contagiará a las demás regiones, convirtiéndolas en taifas.
“Reconoceré las singularidades catalanas”, dice Sánchez, cuando todos los pueblos poseen singularidades, producto de su... PULSE ABAJO PARA SEGUIR LEYENDO Y VER A SALAS...
Comentarios
Puedes seguir esta conversación suscribiéndote a la fuente de comentarios de esta entrada.