La ultraderecha tradicional, conocida como facha por su origen y espíritu fascista, le promete a las masas dominar el futuro por orgullo nacional. Persigue a los que señala como enemigos de la patria y usa brutalmente la violencia.
Aunque hay una ultraizquierda nacionalista --Eta y nazis eran iguales--, la ultraizquierda clásica tiene como fundamento la supuesta solidaridad frente al patriotismo y actúa por ideología y métodos como los otros fachas: usa igualmente la violencia callejera y es antisemita y filoislamista. Por tanto, debe considerarse también facha.
En medio está la mayoría de los ciudadanos, que a veces se inclinan peligrosamente por uno de los dos sistemas ultras.
En Francia y Austria, y con creciente presencia en Reino Unido, Alemania, Holanda, Suecia y otros países antiguamente moderados, están fabricándose las ultraderechas, no siempre de tendencia nazi.
En España la ultraderecha es irrelevante, mientras crece la ultraizquierda de espíritu y autoritarismo absolutamente fachas. Porque esta ultraizquierda es falangista.
Podemos repite las ideas sobre el liberalismo, el parlamentarismo, el capital y la justicia social de los primeros y románticos falangistas que llegaron a conspirar con socialistas y comunistas contra la II República burguesa: lo que ahora repiten la falangista Podemos y la comunista Izquierda Unida.
Llaman fachas a los demás, cuando esperan destruir una democracia defectuosa y con corruptos, pero democracia, con una legalidad que persigue al delincuente económico, para sustituirla por una mezcla de viril chavismo, chicas alegres y faldicortas, y comunismo de miseria y terror.
Millones de españoles van a votar a estos nuevos fachas frente a dos fuerzas cargadas de corruptos, pero con muchas más personas honradas.
Una de ellas, el PSOE, quizás se suicide negociando nuevamente con los fachas ultraizquierdistas al aceptar muchas de sus ruinosas propuestas económicas. Todo por “empoderar” al osado Pedro Sánchez-Largo Caballero.
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Siempre se ha dicho que los extremos se tocan y en efecto, la ultraiquierda siempre ha sido fascista y cada día más, basta ver los sucesos últimos ocurridos en Barcelona.
Publicado por: Josan II | viernes, 27 mayo 2016 en 19:03