Progresista, como define la Academia, significa persona o colectividad, “de ideas y actitudes avanzadas”, pero el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, le llama así a dos ideologías reaccionarias, los nacionalistas y los chavistas de Podemos, con las que quiere aliarse para gobernar.
El objetivo de los nacionalistas es volver a la endogamia tribal para la que los demás ciudadanos son diferentes, ocasionalmente hostiles o enemigos, y el de los podemitas es “asaltar el cielo” destruyendo la Constitución de 1978 para imponer una chavista.
Hay palabras atractivas que traen consigo ideas positivas, como esta, recordada desde mediados del siglo XIX gracias a la Revolución Liberal cuyo padre fue Juan Álvarez Mendizábal y, precisamente, al Partido Progresista.
Pero, bien manipuladas, las palabras pueden significar lo contrario, como aceptar que el egoísmo nacionalista, y el chavismo-castrismo de Podemos pueden facilitar cualquier avance, cuando lo que han tocado lo han convertido en desastre.
Afrenta a los socialistas decentes que el PSOE, que contribuyó al progreso de España, y que en ese sentido fue un partido progresista, extienda el calificativo a los reaccionarios nacionalistas y podemitas.
Sánchez oculta, por su ciega ambición de poder que hundirá el poco prestigio que le queda al PSOE, que el objetivo de nacionalistas y podemitas es manipular y explotar de las emociones pñopulares con promesas de mejoras sociales, cuando unos y otros sólo producen dolor.
Los nacionalismos en el mundo moderno llevaron al fascismo y al nazismo, a las guerras y a la destrucción de pueblos enteros.
Los comunismos, disfrazados de socialismo y democracia, como sus versiones hispanas, la cubana y la “socialista bolivariana”, trajeron atraso y miseria, aunque orgullosas ambas revoluciones porque parte de sus súbditos de cerebro lavado aceptaron su pobreza como parte consustancial de la Patria.
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La experiencia nos dice que los gobiernos "de progreso" significan un retroceso de varios lustros en el nivel de vida de la gente. Véanse las actuaciones socialistas en 1995 y 2008.
Prefiero mil veces que el concejal de urbanismo de mi pueblo se lleve una comisión ilegal a que me arruinen otra vez los socialistas.......¿cuántas veces tendrán que arruinar los socialistas a España para que la gente los deje de votar?.
Y suerte hemos tenido con el psoe,al que podemos echar del gobierno cuando nos arruina, podría haber sido peor, como dice el bloguer, podríamos haber caído en las garras de un partido comunista o de un partido chavista como Podemos. De las garras de esos regímenes solo sale uno con los pies por delante.
Publicado por: Infierno de Cobardes | domingo, 10 enero 2016 en 21:26