En pleno franquismo, 1955, Gabriel Celaya publicó sus “Cantos Iberos” entre los que figuraba el poema “La poesía es un arma cargada de futuro”, inicio de la poesía social española de la posguerra, pero el poeta, fallecido en 1991, se equivocó: la poesía movió los fanatismos religiosos, los comunismos y los fascismos del pasado, pero no tiene futuro.
“Internet es un arma del presente cargada de futuro”, escribiría hoy Celaya. Sí, para los inestables musulmanes que de noche son pecadores para el islam, envían y reciben mensajes, y amanecen como implacables asesinos yihadistas.
Aparte de las mezquitas salafistas, Facebook, o Twitter con sus manifiestos de 116 caracteres, son las vías de predicación de la guerra santa más eficaces para premiar con el Paraíso al impío horas antes.
Esas redes sociales influyen de manera similar sobre occidentales, entre gente desequilibrada, fácilmente manipulable, y pueden provocarles ira, violencia, ansias de venganzas revolucionarias sin que ni siquiera hayan sido víctimas de nada malo.
Qué es sino un yihadista de internet, en su género de podemita de las Mareas, antisemita, independentista gallego y forofo del Pontevedra, ese personaje pendenciero y marihuanero que explotaba al máximo el elevado estatus de su familia y que golpeó brutalmente a Mariano Rajoy este miércoles en Pontevedra... PULSE ABAJO PARA TERMINAR DE LEER LA CRÓNICA Y VER A SALAS...
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