La teoría de la lucha de clases no es original de Marx y Engels, sino una antiquísima idea divulgada incluso por Maquiavelo señalando la relación de los poderosos y los menesterosos, los amos y los esclavos, los ricos y los pobres.
Pablo Manuel Iglesias Turrión, el líder de Podemos, presentó como creación propia el concepto de las “castas” políticas y económicas enfrentadas al pueblo explotado.
Afinando sin demasiada imaginación, lo sintetizó en el choque entre “los de arriba” y “los de abajo”.
Cambio de palabras para presentarse como el Marx del siglo XXI, lo que demuestra que su nivel como profesor enchufado del rector Carrillo en la Complutense es deplorable, con superficial doctorado.
Pero al menos es más listo que sus seguidores, pues es lider de electores indignados y desengañados de los partidos políticos, que a él sólo le piden consignas fáciles.
Hay numerosas teorías sobre las luchas sociales. Una de las más influyentes actualmente en las universidades estadounidenses donde enseñó es la del antropólogo español José Antonio Jáuregui (1941-2005), en la que señalaba los enfrentamientos entre las tribus.
Ya hablaba de “castas”, al describir a los líderes nacionalistas que azuzaban a las masas dirigiéndolas hacia el imperialismo y el guerracivilismo.
Lo más original de Jáuregui fue concluir que la lucha de clases era la excepción de un enfrentamiento entre los más listos y los menos, o los tontos.
Hay gradaciones en ese choque, en el que casi siempre el vencedor es el listo, lo que hoy justificaría, por ejemplo, los triunfos de Amancio Ortega o Bill Gates.
Y también que haya quienes los odian y votan a mediolistos-mediotontos, a los mediocres nacionalistas de Mas & Co. y ultraizquierdistas modelo Iglesias Turrión, incapaces de aportar una sola idea enriquecedora, y que sólo dictan doctrinas sentimentales y emotivas consignas que halagan nuestra estupidez.
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