Aunque los independentistas ganen las elecciones catalanas y declaren la independencia los blindados del Ejército español no aparecerán por allí para que el mundo crea que sufren, como ellos desearían y pronostican, “una nueva invasión franquista”.
Al Estado le bastará con que los jueces envíen a algunos policías, entre ellos a mossos d’esquadra, para restablecer el orden constitucional.
Aunque así tampoco se verá al pueblo de Barcelona lanzándose a vitorear a los soldados, como siempre ocurrió allí cuando los militares cambiaron a las autoridades regionales.
Lo hicieron el 26 de enero de 1939, tras la entrada de las tropas franquistas en Barcelona.
Mientras muchos miles de republicanos de toda España huían hacia Francia, gran parte de la población barcelonesa, encabezada por la burguesía que no había sido asesinada por “los rojos”, recibió entusiasmada a los soldados de Franco.
Ahora, y aunque el Gobierno tenga poderes legales para enviarlos si el Jefe del Estado, que a la vez lo es de las FF.AA., lo autorizara, los tanques no irán.
El cronista ha consultado a militares de altísima graduación sobre los posibles planes que podrían haberse elaborado, aunque sólo fueran ejercicios teóricos, sobre el empleo de las FF.AA. en unos hipotéticos disturbios en Cataluña.
De acuerdo con cuatro fuentes diferentes que tienen acceso a información fiable, no hay plan alguno elaborado, ni siquiera teórico, para aplicar esa posibilidad de defensa del Estado.
“Un estudio así es tan innecesario como elaborar otro sobre cómo tomar un domingo, a la hora del aperitivo, la ciudad de Ávila”, le dijo uno de los militares al cronista.
Por el nivel y forma de vida de los catalanes se hace imposible ahora cualquier revuelta organizada por unos cuantos exaltados que no puedan controlar un juez y unos cuantos policías.
Los independentistas no gozarán, pues, de ese espectáculo que tanto desean, que es ver a los blindados tomando la Diagonal barcelonesa para hacerse los mártires tomando unos vinos en las terrazas de las cafeterías.
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SALAS Esto ocurrió en Galicia, pero algo así será el supuesto legal que se aplicará a los separatistas.
Bueno, no se habrán quedado calvos los generales que le han informado de que no habrá intervención armada en Cataluña.
Primero ya no hay en el Ejército asesinos sanguinarios como los criminales africanistas que había en el 36.
Segundo, la función de un Ejército no es atacar a su población civil, y ellos lo saben, aunque usted no lo sepa.
Tercero, Europa, incluso la OTAN, impedirian la masacre.
Cuarto, el Ejército español es demasiado débil para enfrentarse a una posible insurrección de varios millones de civiles.
Quinto, el Ejército no siquiera está en condiciones de asegurarse la obediencia de muchos mandos si se les pidiera una masacre. Se alistarían, además, muy probablemente, nuevas brigadas internacionales contra el fascismo.
Por eso le digo que sus generales no han descubierto el Mediterráneo. Ahora bien, de eso a que baste con cuatro jueces y unos cuantos policías hay un abismo. Usted es un dechado de imprudencia periodística y ya se ha llevado monumentales leñazos en algunas previsiones. Usted distingue malamente la realidad y sus deseos. Si se producen disturbios, atribuíbles siempre a los que coartan la voluntad de los ciudadanos catalanes, veremos si basta con unos polis o si, por el contrario, usted se tiene que volver a comer sus previsiones con ketchup.
Lo razonable, lo que se debería esperar, es que les dejen decidir sin coacciones ni amenazas. Todo lo demás es intromisión en los derechos, en definitiva, autoritarismo fascista.
Publicado por: Hermes Trimegisto | domingo, 27 septiembre 2015 en 15:49