El director de un periódico afirma que en numerosos ayuntamientos gobernados ahora por una coalición de partidos de izquierda, con Podemos como fuerza dominante, se ha impuesto la política de “no”.
“No a los toros; no, a las procesiones; no, al tapeo de las fiestas; no, al turismo; no, a los vuelos que nos unen con otros países; no, a los cajeros; no, a las inversiones extranjeras; no, no y no”.
Es una idea interesante que merece analizarse porque sintetiza una forma de hacer política empobrecedora al afectar a la economía productiva.
El no a los toros es comprensible si los ayuntamientos o las autonomías deben participar en sus presupuestos, sobre todo porque esa fiesta es ahora minoritaria y quien no ame el espectáculo no debe pagar su coste.
Aunque su contraparte es que ningún otro espectáculo deba estar subvencionado, ni siquiera el de los artistas izquierdistas de la ceja, hoy de la coleta, es decir, de la cejoleta, que viven, paradójicamente, de contratos con instituciones públicas de la derecha.
Los gobiernos cercanos a Podemos y similares mareas han comenzado diciendo "no" a lo que genera ingresos, y sí a todo lo que gasta sin producirlos, como es imponerle tasas y arbitrios especiales al turismo, a los lugares que generan riqueza, y a cualquier hueco donde vean que hay consumo.
En Barcelona y en Madrid, aunque en la capital española la alcaldesa dice ahora que no creará de momento esas tasas que había anunciado antes, se pretende castigar a quienes traen entre el 11 y el 15 por ciento de la riqueza, los turistas.
Es la forma gochista, extractiva y parásita de ser y existir: es el “no” permanente a la creación de riqueza, el “sí” a gastarla y ahuyentarla
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El dinero público no es de nadie y esta gente cree que crece en los árboles; muchos de ellos nunca han sabido o tenido que ganárselo. Son perfectos indocumentados, para muchos de los cuales el primer salario que han cobrado en su vida es el de Concejal o Diputado Autonómico.
No hay que preocuparse en crear riqueza; basta con repartirla exprimiendo a los ricos (definición de rico: cualquiera que gane más que yo). Esa gallina de los huevos de oro es inagotable, creen.
Cuando comprueben que todo se va al carajo, como inevitablemente ocurrirá, la culpa nunca será suya. Será del Capitalismo Internacional, el egoísmo de los Mercados o misteriosas conspiraciones de gentes que los odian.
Publicado por: Espectador | jueves, 16 julio 2015 en 19:57