En una entrevista que acaban de hacerle a Pau Gasol, jugador de baloncesto barcelonés y estrella en la NBA estadounidense, dice que le sorprende la mala imagen que tienen los españoles de sí mismos.
Lo mismo opinan la mayoría de los entre sesenta y setenta millones de turistas que vienen a España cada año, además de gran parte de la prensa, radio y TVs extranjeras, aunque haya notables excepciones.
También declaran lo mismo los cada día más ciudadanos de países ricos que se quedan a vivir aquí, o quienes forman familias mixtas y cosmopolitas con españoles, y que, pese a todas las críticas, ven el vaso volviendo a llenarse, no medio vacío.
Gasol está bien informado, y además demuestra que sabe cómo formarse: por ejemplo, estos días está leyendo, “Team of Rivals: The Political Genius of Abraham Lincoln”, premio Pulitzer de la historiadora Doris Kearns Goodwin.
Le preguntan si, por lo que conoce y sus conversaciones con estadounidenses, se ve allí a España como un país corrupto, y responde rotundamente que no.
“No percibo eso. La imagen de España hasta ahora, más allá de la crisis económica que aún atravesamos, y que sí que llegó con mucha fuerza aquí, es que es un país que todos quieren visitar, donde la calidad de vida es muy alta, que tiene buena comida y con un deporte al mejor nivel. Así que yo creo que, por encima de todo, tenemos una imagen muy positiva de puertas para afuera”.
Por qué entonces la baja autoestima que tienen los españoles de sí mismos, se pregunta el director del medio donde apareció la entrevista.
Porque es para asombrarse: rusos y chinos, con horrible calidad social y de vida, se ven primeros, y nosotros autoflagelándonos de Semana Santa permanente.
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Pero es un error tomar a Gasol como embajador y ejemplo, y no digamos cómo reportero de lo que piensan en EEUU. Él, de clase social alta, no es un caso representativo de cómo se vive en España, ni lo va a contar bien, distorsionado por la burbuja en que vive y lo que le cuentan los turistas ricos. Todos los estadounidenses han leído en Time los artículos sobre la pobreza en España, han visto las colas en los comedores sociales y a los pobres rebuscando entre las basuras. Esa es la imagen del país, y los españoles informados la conocen.
Por desgracia el español no necesita ser masoquista. Su realidad es sádica con él.
Publicado por: zaide | sábado, 04 abril 2015 en 17:40