Pocos políticos tienen la habilidad de Esperanza Aguirre para conquistar electores, sea charlando con los transeúntes sobre sofás hinchables en las calles, en mítines en los que invita a debatir a los de Podemos o, como hizo el pasado fin de semana, reuniéndose con pastores evangélicos en una de sus iglesias de la capital española.
Aguirre recordó allí que Occidente nace “del pensamiento racional de Grecia, del ordenamiento legal de Roma y del sentido moral cristiano”, y que “ni España, ni Occidente, ni el sistema de libertades y derechos, se entendería sin el cristianismo”.
“Los grupos políticos anticristianos que comparten valores como el de la dignidad y la igualdad de todos los seres humanos vienen del mensaje de Jesucristo”, recordó.
Pero algunos protestantes quedaron insatisfechos porque no habló de una etapa, creen ellos, fundamental del cristianismo iniciada con Lutero al plantear la interpretación libre y personal de la Biblia, sin clero ni dogmas intermediarios.
Al romper esa estructura creadora de doctrinas inamovibles, Lutero inició sin saberlo una revolución que condujo al librepensamiento –liberalismo-- y, consecuentemente, a las declaraciones de los Derechos Humanos.
Al no exponer este principio Aguirre no incidió en el origen del problema que, sin embargo, denunció: el del yihadismo islamista que persigue para extirpar y exterminar a los cristianos de Oriente próximo y África.
Como dice Ayaan Hirsi Ali, la gran intelectual exmusulmana, el principal problema del islam es la inexistencia de reformadores, de muchos Lutero que planteen que el Corán es interpretable, y que nieguen que es la palabra de Alá dictada textual y exactamente a Mahoma, como creen todas las sectas musulmanas.
Falta la etapa liberal islámica, y si dijera esto ante electores musulmanes –si la dejaran, siendo mujer-- Aguirre sería tan valiente como Hirsi Ali.
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No se confunda, don Manuel, el problema no es reforma sí, reforma no. En la Ginebra del reformado Calvino se llevaron a cabo 56 ejecuciones de "herejes" en 5 años, todas ellas aprobadas y ratificadas por el cruel "protestante" Calvino. Con Miguel Servet, sabe usted perfectamente lo que hizo. Y Lutero, parecido.
Lo que quiere decir que el problema no está en que el dogma sea discutible. EL PROBLEMA ES LA RELIGIÓN. EL PROBLEMA ES EL DOGMA. Allá donde un credo se erige como más valioso que las vidas de los seres humanos, estas vidas son algo secundario y sacrificable. Allá donde se ofrece una SALVACIÓN FUTURA, con una vida feliz en un paraíso de miles de huríes, o de miles de otros bienes, la vida presente, el bien presente y mundano carece de valor. ¿Qué importa morir (o matar) a pueblos enteros, si al final un dios nos va a premiar con una vida eterna feliz? TODA RELIGIÓN arrastra una semilla de muerte violenta y de crimen.
Con esto no quiero sostener que todos los credos sean iguales. El Protestantismo no admite la aberración de que un vino que sabe a vino y huele a vino sea, EN REALIDAD, sangre, y además, de Cristo. Para los protestantes solo SIMBOLIZA la sangre. Y las demás diferencias, igual: mucho más racionales en el Protestantismo. En cuanto a absurdo, demencia y renuncia a la inteligencia, el record mundial lo ostenta el catolicismo.
Saludos.
Publicado por: Fernando Garay | lunes, 27 abril 2015 en 18:33