Desde las últimas violaciones de niñas por el presunto pederasta de Ciudad Lineal de Madrid, detenido el pasado septiembre, no se repitieron en España crímenes tan odiosos.
Ahora, casi cinco meses después, y sin la ira que provocaba en caliente el repulsivo personaje, el 67 por ciento de los españoles apoya la prisión permanente revisable para irrecuperables, como seguramente será, y especialmente también para los terroristas yihadistas.
Un reciente sondeo de Metroscopia revelaba ese dato, y añadía que sólo se oponían a esa pena el 18 por ciento de los ciudadanos, una pequeña mayoría votantes de Izquierda Unida (53 frente a 47), y sólo la mitad de votantes del PSOE.
Es una pena que incluirá el Código Penal y que se aplicará a los peores delincuentes y a los yihadistas, como aprobó este jueves el Parlamento con apoyo de PP y PSOE, aunque este último afirma que la retirará cuando llegue al poder.
Una de las revueltas recientes de contra Pedro Sánchez de sus rivales derrotados en el PSOE, se debe a su aval a la enmienda legal por el peligro yihadista, el gran genocida contemporáneo.
Esa conducta, apelando a falsos derechos humanos, explica en parte la decadencia socialista, enquistada en el pensamiento antifranquista que hace de todo perseguido la víctima de una dictadura.
España lleva cuatro décadas de democracia homologable con las demás europeas, que mantienen sin complejos la prisión permanente revisable, que no es cadena perpetua, sino de duración relacionada con la voluntad y conducta del criminal.
La tesis falsamente progresista en contra de esta pena es que “renuncia a la reinserción y asume el fracaso de la sociedad para conseguirla”.
Sí, los verdugos del Estado Islámico o Al-Qaeda desean la reinserción, como Hitler, de vivir tras 1945.
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ENCUESTA SOBRE INTERACTIVIDAD, BLOGS Y LIDERAZGO DE OPINIÓN PÚBLICA
Juan Mª Sánchez es estudiante del programa de Doctorado en Marketing en la Universitat de València. Actualmente desarrolla su tesis doctoral, que trata de conocer los efectos que la lectura de blogs políticos tiene en la adopción de roles políticos más participativos.
Solicita la colaboración de Crónicas Bárbaras para poder completar la parte práctica de su investigación.
"El ámbito de mi estudio incluye la blogosfera española y tu página forma parte de la muestra de referencia por ser una de las más relevantes, objetivamente, que versan sobre cuestiones relacionadas con la actualidad política en España", explica.
"Mi objetivo es que los lectores de Crónicas Bárbaras pinchen en el enlace de acceso a una plataforma virtual en la que se halla un cuestionario –breve y sencillo- que desarrolla los aspectos de interés sobre los que investigo"
Quien quiera ayudar a Juan Mª Sánchez puede pinchar aquí. El cuestionario es corto y sencillo. Gracias en su nombre.
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Luego vamos por el cuestionario...
No tiene sentido hablar de cadena perpetua, eso es lo que se propone. La constitución española especifica que tal cosa no es posible. Sorprendentemente sí contempla la pena de muerte. Recordar que los delitos de terrorismo según la constitución española y la transición debían ser juzgados por consejos de guerra.
Volviendo a la cadena perpetua (y continuando con ella) debemos recordar que España tiene una de las tasas de criminalidad más bajas de la comunidad europea. Con una población que es 15 millones de habitantes menos que Francia... tenemos más gente en la cárcel! ¿Cómo puede ser? Es muy fácil de explicar: el sistema judicial franquista-opusino que tenemos está anclado en el siglo XIX y así resulta que 1/3 de los presos son preventivos. Nadie los ha juzgado, acusado ni condenado. Otro despropósito es la altísima tasa de inmigrantes en las cárceles. El sistema es incapaz de afrontar la delincuencia extranjera.
Recordar también que la mayoría de los países no tienen cadena perpetua y los descuentos de pena se hacen sobre esos 20 años de máximo que tienen. En España se pueden cumplir 20 años en la cárcel!
¿Tiene algún sentido condenar a cadena perpetua a alguien que está dispuesto a inmolarse?
Publicado por: XT Local | sábado, 21 febrero 2015 en 20:55