Ni bancos, ni empresas industriales, agropecuarias, pesqueras, comerciales, ni medios de comunicación, ni siquiera la tienda de la esquina, van a someterse voluntariamente a los límites de ingresos y beneficios que les impondrá Podemos si llega a gobernar.
Los responsables del sistema capitalista explotador y corrupto se opondrán a la revolución diseñada por Pablo Manuel Iglesias y sus camaradas en la universidad Complutense.
Obsérvese que su trabajo no es realmente la enseñanza, sino la agitación, la propaganda y la vigilancia de la ortodoxia, misión de los imprescindibles comisarios políticos en los regímenes socialistas como el soviético, el cubano o el chino de Mao Zedong.
Resumiendo: por un lado están los opositores al nuevo régimen, sanguijuelas ellos, y por el otro el pueblo trabajador armado dialécticamente para el cambio siguiendo a los intelectuales. También Mao era un intelectual, aunque no complutense: una pena.
Se producirá así la necesaria confrontación, porque el capital querrá seguir reduciendo el valor de cambio de la aportación obrera, como decía Marx.
El nuevo régimen Pablista deberá controlar, pues, cada punto productivo empleando el exceso de capital del trabajo generado por el sistema capitalista, el parado.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística en España hay 3,25 millones de empresas de todo tamaño, un número que ya nos acerca algo al de los casi cinco millones de desempleados.
Si legislamos colocar a cada parado de comisario político en una empresa nos quedan por colocar nada más que unos 1,75 millones.
También tendrán su puesto: como los trabajadores están secularmente corrompidos por el capital, haremos comisarios políticos a esos 1,75 millones para vigilar a los 3,25 millones de comisarios políticos.
Reviviremos la magna Revolución Cultural de Mao y la “Olla de hierro” para que coman todos en ella.
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Es curioso que los que ya no creen en nada puedan ser arrollados por los que creen demasiado
Quien escuche a estos revolucionarios bolivarianos debería conocer sus simpatías por ETA, el separatismo catalan ,los dictadores caribeños, la revolución, Lenin y Stalin y el Muro de Berlin.
Son comunistas, con el fluido rollo populista, la demagogia en ristre, y la tecnología como rampa de lanzamiento
Estos "leninistas amables", han "matizado" sus primeras embestidas, para que bajen la guardia los medrosos y no sospechen que España se juega su democracia y sus libertades todas.
Resulta patético que estos fans de los estados más corruptos , líderes en violencia y narcotráfico, se muestren indignados con la corrupción española y pretendan dar lecciones de ética . Y además, si pueden, perpetuarse.
Porque si consiguen encaramarse al sillón una vez, ya se encargarán ellos de que nadie pueda desalojarlos en sucesivas legislaturas. Como Hugo y Fidel.
Con estos no funciona lo de "Y si no lo hacen bien, los echamos", como ocurre con los partidos demócratas.
Norrr, fistros pecadores. Los Potemos vienen para quedarse. Cágate lorito!
(En Galicia los llamamos "Potemos", de "potar= vomitar, devolver. Pues eso, vomitemos con Potemos)
Publicado por: MIRANDA | jueves, 20 noviembre 2014 en 03:34