El ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, dice temer que la frustración de los independentistas catalanes provoque instintos violentos entre algunos.
Una declaración aparentemente inoportuna que ha provocado la indignación de los partidos separatistas, que se autoproclaman pacifistas.
Sin embargo, en las últimas manifestaciones independentistas aparecen quienes dan vivas a Terra Lliure, el grupo terrorista que provocó cinco muertos en 200 atentados entre 1978 y 1991, lo que indica que su espíritu sigue latente, igual que el de ETA cuando se le dan vivas en el País Vasco.
En Galicia hay un grupúsculo, Resistência Galega, que ha cometido pequeños atentados, sin muertos de momento, que además de independentista hace terrorismo postindustrial y posmoderno al definirse también como “ecologista y feminista”; hay grupos animalistas que van por similar camino.
“El pueblo catalán es pacífico y va en su ADN”, dice Artur Mas, que parece que no leyó el “Homenaje a Cataluña” en el que George Orwell narra la guerra civil entre catalanes en la zona republicana dentro de la guerra civil española, y que ahora empieza con reproches entre nacionalistas, de momento con más lágrimas que sangre.
Los pueblos no tienen carácter ni ADN, y aunque una mayoría posea algunas características aparentemente comunes, cada persona o grupo tiene sus peculiaridades casi siempre pacíficas, pero que en situación de extrema emotividad pueden volverse sangrientas.
La Yugoslavia de antes de 1991 era para muchos izquierdistas y nacionalistas el ejemplo más envidiable en Europa de país federado, pese a su comunismo suave.
Quienes conocíamos aquél Estado creíamos que sus ciudadanos serían incapaces de matarse con crueldad infinita antes de convertirse en siete países con diferencias irreconciliables.
Nacionalismo, nacionalismo: bomba de mano que cualquier patriotería activa el tirar de su espoleta de percusión, la emotividad que empieza con sollozos ridículos entre junqueras.
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SALAS, siempre clásico
El 11M un juez le da por destruir las pruebas a las 24 horas... luego a otro le da por mentir y pasar por alto mentiras flagrantes... luego aparece un vagón de tren y nadie lo investiga... la fiscalía de pronto es ciega y muda... se destruyen las últimas pruebas sin que nadie queme la AN y la Moncloa por permitirlo...
El 9N el Constitucional lo declara ilegal, por dos veces... pero no dice que le debe pasar a alguien si lo incumple... luego el gobierno le dice al de la Generalidad como hacer un fraude de ley... luego la Generalidad le hace caso, y el Gobierno se caya como putas... luego se hace el bueno y urge al fiscal que antes se preentaba voluntario a denunciar a que lo haga luego... la fiscalía se inhibe a favor de los fiscales de cataluña, que nadie sabe como se llaman y que están apoyados "por los suyos" para pasar de todo...
Ahora, la fiscalía presentará la demanda en Cataluña... y no por sedición, no vaya a ser que salga eso... luego los jueces preguntarán a sus fiscales y estos lo harán muy mal.... luego les soltarán libres... en un par de años Catalunya (la primera vez que la escribo así) será un estado, un país independiente o asociado al resto de España... y nada pasará...
¿de veras debemos creernos que todo no estaba preparado?
¿de veras debemos creer que no están todos en el mismo ajo para sablearnos?
¿de veras no es una forma de engañarnos a todos?
¿de veras es necesario que nos traguemos que lo hacen por nuestro bien y no por mantenerse en el poder y chupar 4 años más?
Publicado por: dedalo | miércoles, 19 noviembre 2014 en 01:17