Todo español conoce el desastre de la Armada Invencible con la que Felipe II trató de invadir Inglaterra en 1588, y sin embargo ignora el portentoso triunfo del almirante español Blas de Lezo en 1741 sobre la mayor Armada británica de la historia, y cuyo recuerdo mejoraría nuestra autoestima, tan herida por corruptos y separatismos.
Este sábado descubren en Madrid, en la Plaza de Colón, una pequeña estatua del almirante que mantuvo el poderío español en América durante medio siglo al vencer a la gran Armada del almirante Edward Vernon en Cartagena de Indias, Colombia.
Vernon, con sus 26.600 hombres y 186 barcos, anunció su victoria antes de atacar a los 2.000 hombres y seis barcos de De Lezo. Prometía conquistar la América española, y Londres, crédulo, emitió monedas conmemorativas; hoy son tesoros para coleccionistas.
Callando sobre Vernon, tuvieron que esperar hasta Trafalgar, en 1805, para resarcirse con su héroe, el almirante Nelson, de quien han llenado el mundo con estatuas impresionantes, como la de Trafalgar Square, en Londres.
Hay pocos superhombres en la historia española y del mundo como De Lezo. Le llamaban Mediohombre porque había perdido en guerras anteriores, en el Mediterráneo y el Atlántico, un ojo, un brazo y una pierna.
En Colombia es mucho más admirado que en España. La estatua que lo recuerda en Cartagena es de visita obligada en esa ciudad colonial tan española.
Pero en su pueblo natal, Pasajes, Guipúzcoa, sólo tiene una calle anodina. Y en toda España sólo había hasta hoy un humilde monumento en Cádiz.
El orgullo británico se mantiene recordando sus héroes y triunfos. Han olvidado al Vernon de Cartagena y ensalzado a Nelson, y en España se ha callado a Blas de Lezo y se recuerdan derrotas, la Invencible o Trafalgar.
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El servidor de Typepad me impide hoy colocar la tira del gran Salas, por lo que recomiendo que visite su web pinchando, como siempre, aquí arriba.
(Feliz desliz)
Señor Molares, se equivoca. Pregunte usted a cualquier colombiano quien fue Blas de Lezo, si mucho sabe responderá que fue un marino o pirata cojo de quien hay una estatua en Cartagena de Indias.
Lo anterior no por ser más ignorantes; si alguien cree saber más que otro sólo le aventaja en que va más perdido. La aparente ignorancia responde a la simiente que trajimos hace quinientos años a esta tierra americana.
Asi como ustedes, por herencia aquí nosotros levantamos estatuas, velamos lapidas, y desenrollamos alfombras rojas a cuanto prestilingüitador*, hampón, ladrón y asesino maltrata la Tierra, asesina a nuestros congéneres, ridiculiza nuestra cosmovisión y pone precio a nuestros valores para saquearlos y comerciar con ellos. Cuanto mayor sea su poder destructivo y de saqueo, más grande será la estatua que erigimos. En fin, torpezas humanas en el proceso de evolución.
*Palabra acuñada por mi en honor a Vargas Llosa y la cual, por lo común de la especie, espero encontrar en la próxima edición del Diccionario de la Real Academia Española.
Mi amor y deseo de bienestar.
Publicado por: Amparo Morreno | sábado, 15 noviembre 2014 en 18:33