Acaba de aparecer en varios medios informativos la carta de un homosexual israelí que sitúa a los gais españoles ante el dilema de simpatizar o detestar a Israel, “un oasis rodeado por la homofobia islámica”.
Es un texto corto que describe como país libre a Israel, a donde emigran muchos homosexuales perseguidos en el mundo, y la homofobia violenta, ahora creciente, que impone el fundamentalismo islámico en el Oriente próximo:
“Soy gay, judío e israelí. Estoy casado con un hombre y aún no me han matado por ello. Una República Parlamentaria se encarga de proteger mis derechos. Se llama Israel.
Vivo en un oasis en mitad de un desierto llamado homofobia, que se extiende desde el Atlántico hasta el Pacífico. En este oasis mi marido y yo hacemos vida normal. Vamos al cine, a cenar o pasamos un fin de semana romántico en algún hotel de Tel Aviv, Jerusalén o Eilat.
“Cama de matrimonio, por favor” es nuestra primera petición. Nadie nos mira raro, porque aquí lo ilegal es ser homófobo. Bendito oasis multicolor de paz y tranquilidad.
Sin embargo, existen miembros del colectivo LGBT que difaman esta República Parlamentaria para apoyar una causa que incluye, además, discriminar legalmente homosexuales (artículo 152 de su Código Penal). Personas que van de “progres”, pero consiguen el efecto contrario.
Invito a esas personas a que vayan con sus plumas, sus kefias o tacones a Jericó, Gaza o Ramala. Que griten muy, muy fuerte; Free! Free!, pero para que sea el pueblo palestino el liberado de sus gobernantes.
Y si salen de ahí vivas, que nos cuenten su experiencia. David Yabo”.
Parece una atractiva invitación para que los gais españoles hagan su Fiesta del Orgullo en Gaza, por ejemplo, donde serán fusilados en masa inmediatamente o decapitados.
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Certísimo; gente como Almodovar y los faranduleros españoles deberian tomar nota y tatuarselo en la frente.
Publicado por: jam, bcn | lunes, 01 septiembre 2014 en 11:45