Eduardo Madina, aspirante a secretario general del PSOE derrotado en número de avales por Pedro Sánchez, cree que ha habido una confabulación contra él porque está más a la izquierda que su rival, cuando si la hubo fue porque es poco presentable ante el electorado como millonario por perder una pierna en un atentado terrorista.
Un dirigente socialista le confesó a quien escribe esta crónica que “no me enorgullece que Madina aceptara tres millones de euros de indemnización por esa pierna, mientras quienes sufren una gran invalidez perciben un máximo de 500.000, y los familiares de los asesinados 250.000”.
El temor en el PSOE es que en unas próximas elecciones tanto desde la derecha como desde la izquierda se explote este caso como nada ejemplar, pese a que el político vizcaíno, de 38 años, merece toda la consideración, precisamente, por haber sufrido un atentado etarra que pudo haber acabado con su vida.
Madina, que era secretario general de las Juventudes Socialistas de Euskadi, tenía 26 años cuando el 19 de febrero de 2002 los etarras Iker Olabarrieta y Asier Arzalluz colocaron una bomba bajo su coche que le dejó sin la pierna izquierda. Los terrtoristas fueron condenados después a veinte años de prisión.
Aparte de licenciado en Historia era jugador profesional de voleibol en el UPV Bizkaia, con el que cobraba entre 20.000 y 30.000 euros anuales, pero la Audiencia Nacional le concedió la indemnización por ser “proporcional, atendida la edad de la víctima al tiempo de comisión del delito, y la ruptura de su proyección deportiva”.
Para muchos socialistas Madina debería haberse mantenido en segundo plano y no aspirar a liderar el partido a la vista de esa sentencia, que habría sido ejemplar si todas las víctimas hubieran recibido similares consideraciones.
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Por muy respetuoso que sea uno diciendo lo que voy a decir, siempre saldrá el idiota de turno que use la indignación impostada como estrategia para revestirse de dignidad. De las críticas no me escapo, incluso por parte de los que acusaron a Aznar de beneficiarse políticamente del atentado contra él. Así que lo digo y me importa un pepino lo que ladren:
Un gato negro apestoso con una raya blanca en el lomo no es una mofeta: es un gato negro necesitado de un buen baño. Un coche al que le hemos quitado dos ruedas no se convierte por arte de magia en una moto. Sigue siendo un coche a pesar de que le faltan dos ruedas. Nótese como las circunstancias accidentales se añaden sin modificar la naturaleza básica del sujeto.
Pues un tonto sin una pierna y con 3 millones en el bolsillo es un tonto sin una pierna y con 3 millones en el bolsillo. Madina es un personaje radical, ajeno al inhóspito mundo de la creación de riqueza, cuyos escritos (en "el plural" nada menos) dejan entrever un izquierdismo infantil peligrosísimo. Si: los etarras intentaron matarlo, cosa que a todos nos parece muy mal. Si: le concedieron una indemnización que a primera vista puede parecer un tanto desproporcionada, aunque ninguno de nosotros vendería una de sus piernas por ese dinero. Pero no perdamos la perspectiva: a Madina le das una España y te la convierte en una Argentina, le das una Argentina y te la convierte en una Venezuela, le das una Venezuela y te la deja hecha Haití. Eso es lo que debe preocuparnos del señor Madina, y mucho
Publicado por: Florecilla Silvestre | jueves, 03 julio 2014 en 14:15