La pérdida de tiempo que supuso seguir el debate entre Elena Valenciano y Miguel Arias Cañete no debería echarnos atrás en la voluntad de votar en las elecciones europeas del día 25, porque al margen de la decepción que produjeron estos dos personajes, Europa fue, es, y será, fundamental en nuestras vidas.
Quienes vivieron mundo adelante antes de la adhesión a la actual Unión Europea todavía recuerdan la vergüenza de ser español porque, incluso ya en democracia, España era lenta, anticuada, sin infraestructuras, de economía artificial, con el secular e irritante vuelva usted mañana.
Fueron los fondos europeos, fundamentalmente de Alemania, tanto la popular o cristianodemócrata, como la socialdemócrata, ahora en coalición, las que enviaron a España los fondos con los que cambió radicalmente el país y acercó unas regiones a otras, comunicándolas, y en calidad de vida.
Quizás la pérdida relativa de la diferencia ricos-pobres es lo que irrita a los nacionalistas catalanes, que ven como, aún con ingresos menores, las Hurdes ya no son como en la película de Buñuel, y ahora se parecen más al campo leridano.
Se discute sobre quien ganó el debate Valenciano-Cañete, cuando tanto la socialista como el popular perdieron por no tocar ni uno solo de los problemas reales que afronta España en Europa, y Europa en el mundo: crecientes ultras, de izquierdas y derechas, nacionalismos étnico-culturales, inmigración, empequeñecimiento internacional…
Mientras los cabezas de lista españoles hablaban del sexo de los ángeles, quienes compiten por la presidencia de la Comisión Europea, el socialdemócrata alemán aliado de Merkel, Martin Schulz, y el democristiano luxemburgués pro-Merkel, Jean-Claude Juncker, debatían sobre el independentismo catalán, del que huyeron Valenciano y Cañete.
Fue el único acierto común: el independentismo no merece mucha atención, sobre todo porque se va a apagar como una vela de sebo malo. Artur Mas y los suyos no se creen aún tamaño desprecio.
Pero, al margen de esto, con madres o padres así es mejor tener como madrastra a Europa.
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El amigo Salas, que puso barba a la Valenciano, a ver si así ganaba en Europa como la Barbie barbuda de Eurovisión, debería ahora ponerle cejas circunflejas a la candidata socialista, porque parece dispuesta a repetir el fenómeno ZP, o sea mucho pico y poca pala.
Yo no sé qué buscan, a qué aspiran los españoles para que defienda y represente sus intereses, si buscan una boquirrota, sin preparación ni idiomas, vulgar y osada, o un técnico curtido y experto en temas europeos, dominio de lenguas y ejercicio del mando, pero poco hábil para vender crecepelos o tarots.
Los que buscaban lo primero, se comprende que votaran primero a FelipeX, después a ZP y ahora se encandilen con la telefonista desparpajosa y vulgar.
Si lo que pretenden es alguien preparado, políglota y connaisseur, sorprende mucho que se sientan tan frustrados y/o acomplejados por la escasa telegenia de Arias Cañete, al que su partido impuso un guión y un formato gallego rajoyano, no sea que dejara asomar al andaluz ocurrente y espontáneo y soltara algo que molestara a las féminas igualmente acomplejadas, esas que siempre cogen el rábano por las hojas.
Así fue, que la telefonista se tiraba a la yugular sin mirar papeles, y el abogado del estado y ex-ministro aparecía envarado y desconcertado,ciñendo su natural espontaneidad al guión.
En ningún caso hubo debate de ideas, sino lanzamiento de cifras y de "herencias.
Lástima que ambos a dos no propusiesen la regeneración y saneamiento de la política, el recorte drástico del gasto público, la defensa firme de la unidad de España frente a los separatistas, el fin de ETA,la defensa de valores...porque si bien es verdad que las próximas elecciones son para el parlamento europeo, es bueno ir estableciendo posturas y dejando claro que no puede ser lo mismo votar a unos que a otros.
Sobre todo para que los españoles decidan si les conviene seguir con el bipartidismo al uso, o dar opción a otros partidos que recojan mejor sus lógicas y justas aspiraciones democráticas, y se alejen de la partitocracia que padecemos desde siempre.
Dicho todo lo cual, tienes razón Molaritos, que el enfoque del ¿debate? no abarcó los temas que afronta España en Europa.
(P.D. Me da que entre la abstención y el voto de castigo, el resultado de estas elecciones aparece bastante imprevisible, ¿non si, meus?)
Publicado por: MIRANDA | sábado, 17 mayo 2014 en 22:14