¿Por qué triunfa Marine Le Pen?: por casos como el de la española de 66 años recién expulsada de Bélgica por ser “una carga social excesiva”, que fue presentada por un gran diario español como víctima de la nueva insolidaridad europea.
Numerosos lectores se manifestaron indignados, igual que ante la noticia de que Alemania expulsará a inmigrantes de la UE si no encuentran trabajo en los seis meses que les subvenciona.
Medidas similares están tomándose en casi toda Europa, en países que fueron ejemplo de progresismo durante el último siglo, como Suecia.
Una Suecia que, acaba de confesar, esterilizó secretamente a los gitanos durante esos cien años para no sostener una población creciente, difícilmente integrable en la mentalidad laborista del país.
Todo esto es un ejemplo de la ultraderechización de Europa, que los políticos y las oenegés más progresistas consideran nazi.
Pero los partidos dominantes se amparan en que están tratando de evitar que la verdadera y terrible ultraderecha se apodere de la UE, que ha reaccionado demasiado tarde para parar los abusos que han dañado y casi hundido su “sociedad del bienestar”.
La española expulsada de Bélgica había ido allí con 64 años de edad. Trabajó un año de asistenta del hogar, luego alegó dolores de espalda para darse de baja otro año cobrando, y enseguida accedió a la jubilación permanente de mil euros mensuales; quizás reciba otra en España.
Los belgas acaban de retirársela, la expulsan y ella está indignadísima. Denuncia su caso en los periódicos sin avergonzarse.
Las generosas ayudas sociales en los países ricos de Europa facilitaron inocentemente la aparición de abusadores que han dañado al sistema y provocado la ira de quienes las pagan, y que muchas veces ya no las reciben.
Así triunfan los partidos antiinmigración. El socialista francés se ha sumado a esta ultraderechización, con Manuel Valls, que expulsa a los ghitanos, aunque sin esterilizarlos, como hacía la socialdemocracia sueca, también la del heroico Olof Palme.
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Para los que somos minarquistas resulta muy penoso y deprimente contemplar el monstruoso tamaño que tiene el estado por obra y gracia de unos políticos arribistas que lo pagan todo con la inflación y la esclavitud de la clase media que trabaja y ahorra.
Lo más gracioso de esta situación es que al robo y postración de los ciudadanos ante La Casta Parasitaria los periodistas lo llaman Estado de Bienestar. Hasta un niño de primaria puede ver que esto solo tiene un nombre: Bienestar del Estado.
Hace cien años el estado representaba el 5% del PIB. Hoy, en Europa, es el 50%. Y a esto tienen los santos bemoles de llamarle neoliberalismo. Los periodistas, claro.
Y después a algunos les extraña que buena parte de la población quiera vivir de este tinglado, a costa del trabajo ajeno, faltaría más.
Pero tenemos buenas noticias, y no es la ultraderecha. Tras el peak oil del petróleo convencional llega el peak del estado. Es absolutamente imposible que pueda seguir creciendo. Es más, no queda otro camino que su adelgazamiento pues las deudas no se podrán pagar ni en 50 años y la recaudación va a caer a plomo, amén de que el endeudamiento ya no puede seguir creciendo mucho: el próximo año España pagará casi 40.000 millones de euros en intereses.
El estado es nuestro amo. Ha llegado la hora de la liberación. Esta proclama no es apta para progres, que no dejan de ser nuestros islamistas autóctonos. Para ellos solo hay un dios, el estado, y Marx es su profeta. Cuando les llamo islamistas autóctonos me refiero a que en Europa tenemos unos totalitarios, los estatalistas, que pretenden dirigir la vida ajena desde el vientre materno hasta la tumba. Y son mayoría.
Publicado por: Saverius | miércoles, 02 abril 2014 en 18:05