La jueza socialista Isabel Valldecabres, guardaespaldas ideológica de la exministra Bibiana Aído, a la que defendió alegando que ningún ministro español había recibido tantas amenazas por la ley del aborto de 2010, acaba de sentenciar como ponente en la Audiencia de Madrid que no había delito en el “escrache” de militantes antidesahucios a la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría y a su familia ante su vivienda, en abril de 2013.
Valldecabras, junto con otros dos magistrados, uno de ellos un respetado conservador, calificó en su auto que los acosos a personajes públicos, son un “mecanismo ordinario de participación democrática y expresión del pluralismo de los ciudadanos”.
Según notables penalistas la sentencia se ajusta al actual Código Penal porque no se acreditó que la viceprimera ministra hubiera sufrido amenazas, que serían delito, y que sí recibió Aído.
Los acosadores de Sáenz de Santamaría, sin embargo, podrían haber sido sancionados por la ley reguladora del derecho de manifestación de haberlos denunciado por esa vía: las manifestaciones no necesitan permiso gubernativo, pero deben comunicarse a la Delegación del Gobierno, lo que no hicieron los escrachistas.
La sentencia descubre un camino inédito para hacerle la vida imposible a cualquier electo, desde un concejal al presidente del Gobierno o a sus familiares, y quizás también a cualquier ciudadano.
Resulta que los autos de fe masivos son legales. La persecución de las multitudes al tipo al que odian es democrática. Los acosos nazis y comunistas también eran legales.
Tiemblen las familias de los policías, de los inspectores de Hacienda, los entrenadores de fútbol, el profesor incómodo o usted mismo: comunicada la protesta, la jauría puede ir a por todos, siempre que no se los amenace.
Se hace urgente una reforma del Código Penal para proteger la dignidad e intimidad de las personas, sean políticos o, seguramente, ciudadanos como usted y yo.
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El último artículo de James Skinner se titula VOX y se centra an la evolución del PP, desde su llegada al poder hasta hoy, y en los motivos por los que salió de su militancia el nuevo partido VOX, en el que destaca la impresionante figura de José Antonio Ortega Lara. Hay que leer lo que escribe Skinner en la revista internacional Hackwriters.
Quien no domine el inglés puede usar el traductor de Google de su navegador. El artículo vale la pena
La politización de todos los ámbitos sociales, es una desgracia empobrecedora. La politización de la justicia es la negación misma de la democracia.
Recordamos a la jueza Valldecabras como asesora de todos los ministros de Justicia del PSOE, primero, y como tutora y´guía de aquella eminente politóloga que era Bibiana Aido, a la que asesoró para sacar adelante su Ley de Barra Libre para Arrancarse el Hijo.
Recordamos a esta Jueza Valldecabras denunciando el acoso (entonces no se había importado el "escrache") perpetrado contra su pupila Aido por parte de los Defensores de la Vida, que se presentaron en su pueblo natal y corearon alegatos justicieros a favor del cachorro humano frente a su casa familiar, además de colgar carteles pro-vida.
La jueza bramaba literalmente por tal abuso contra la privacidad de la Aido.
Ahora, cuando los abusados son "los malos", la jueza socialista dice que acosar y amenazar el hogar y la privacidad de la vicepresidenta Soraya S de S es una simple participación democrática de una ciudadanía plural, con lo cual queda abierta la veda de la persecución a cualquier ciudadano, incluidos los jueces.
Publicado por: MIRANDA | domingo, 09 febrero 2014 en 17:16