De una España en la que hace pocas décadas la mayoría de la población rezaba a sus santos patronos para que la protegiera y librara de peligros hemos pasado a otra que se ríe de un ministro por creer que Santa Teresa de Jesús mejorará el negocio del turismo.
Creencia que expuso el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz en FITUR al presentarse “Huellas de Santa Teresa”, conmemoración religioso-turística del V Centenario del nacimiento de la mística, en 2015, que se celebrará en 17 ciudades de cuatro CC.AA. en las que fundó conventos de Carmelitas Descalzas.
La mayoría de la prensa, de tendencia laica, ironizó sobre las creencias de Fernández Díaz, e incluso los diarios tradicionalmente católicos taparon pudorosamente la noticia en páginas poco destacadas.
Cuenta Albert Boadella en su último libro, “Diarios de un francotirador”, que en un viaje en el que coincidieron, Fernández Díaz quería convencerlo de que la caída del comunismo se debía a la Virgen de Fátima, la misma que, según la ministra de Trabajo, Fátima Báñez, velará milagrosamente por los parados cooperando con la Virgen del Rocío.
Toda la política mundial sigue librillos religiosos: Mahoma rige a 1.200 millones de musulmanes, los escritos de Marx, Lenin, Stalin, Mao, el Mein Kampf de Hitler, eran misales para sus creyentes, y Zapatero era ferviente de Suso de Toro.
Isabel II rige el anglicanismo, y en EE.UU. sus presidentes repiten incansables “God bless you”, Dios les bendiga, y llaman para toda consulta política a los santos vivos, sus predicadores de cabecera.
Todos siguen su santoral igual o con más fervor que Fernández Díaz el “Camino”, de Escrivá de Balaguer, porque no reparte el perdón que recomienda san Josemaría, sino que aplica policialmente el “a Santa Teresa rogando y con el mazo dando”.
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Jamás se me ocurriría desmerecer a un gestor público por sus creencias religiosas, las que fueren.
Pero me puedo pillar un buen rebote si un partido se compromete a gobernar según un ideario, unos valores, unos planes...y luego hace todo lo contrario o no hace nada de cuanto prometió.
La izquierda está totalmente exenta de complejos. Se dicen y se creen "los buenos", así que llegan y en un pispas desmontan lo establecido, implantan su ingeniería social, cortan, remiendan y remozan como les sale de las criadillas y sin despeinarse.
La derecha-liberal-conservadora (ocupa todo el espectro) es propensa a los parches Sor Virginia o del Dr. Winter, proclive a las pamemas y los dengues de damisela, inexplicablemente arrastra traumas de sus bisabuelos ya fenecidos, y está siempre pendiente de complacer a todos, que es justo lo que hay que hacer para tener a todos descontentos.
Por eso, lo que el ignaro ZP y sus pepiños y miembras desmantelaron en un par de meses, estoutros necesitan un par de años y todavía se lo están pensando para empezar.
Fracaso escolar, paro endémico, crisis económica, estafas bancarias, plétora sanitaria, inmigración descontrolada, ley electoral, descalabro de las instituciones, hipertrofia del Sistema...hay mil cosas que REFORMAR, SANEAR, REGENERAR, ACOMETER....y seguimos mareando la perdiz, sí pero no, y rogar rogarán algunos, pero el mazo sigue estático.
Alomojó es parte del plan de don Tancredo, el gallego impasible, seguir remoloneando y pidiendo disculpas hasta las nuevas elecciones, a ver si Sta. Teresa y san Pascual Bailón hacen el milagro.
Imposible.
Algunos ya empiezan a coger vuelo.
http://www.youtube.com/watch?v=Ba7fKq-xvMA
Publicado por: MIRANDA | lunes, 27 enero 2014 en 17:36