En Francia tiene una notable cuota de éxito el humor de Dieudonné M’bala M’bala, de chistes étnicos antisemitas, que son los que transmiten más odio, y que triunfan entre los crecientes neonazis e islamistas radicales.
El humor racial ridiculiza a sus víctimas. El antisemita, además, pone a los judíos como inhumanos, insignificantes y ruines, técnica usada por los nazis para que los alemanes los vieran como seis millones de insectos dignos el Holocausto.
El lunes 27 el mundo recordará el Día de la Shoah, de ese Holocausto, la terrible matanza masiva programada que tuvo como ayudantes a muchos Dieudonné.
De 46 años, hijo de bretona y camerunés, a principios de este siglo se unió al extremismo islamista y se adhirió al neonazi, ahora más neofascista, Frente Nacional, cuyo fundador, Jean Marie Le Pen, es padrino de uno de sus seis hijos.
Y ahí está la mezcla perfecta del odio con humor étnico, el neonazismo y el islamismo: la alianza para las gigantescas matanzas en los Balcanes durante la II Guerra Mundial.
Tienen poco que ver con los chistes de leperos tontos o catalanes tacaños: los de judíos ríen las cámaras de gas y las incineraciones, la mayor perversión humana.
Los estudiosos del nazismo los conocen: la revista “Simplicissimus” fue un órgano que, en medio de artículos de buena calidad, ponía a los judíos como parásitos a los que, naturalmente, hay que fumigar.
En los chistes de Dieudonné --Diosdado en español, qué dios brutal--, los judíos son también insectos, perros, monos y alimañas, como los definen los más crueles imanes y ayatolás de la jihad, asesinos de la guerra santa.
Diosdado produce carcajadas moralmente depravadas, carcajadas asesinas en espectáculos que han prohibido gobierno y jueces franceses, lo que ha desatado la ira de neonazis e islamistas, opresores que acusan al gobierno del país de las libertades de atacar la de expresión.
No: Francia prohíbe su destrucción moral perpetrada por quienes quieren engendrar otro Holocausto, y que no pararán, ese es el peligro cercano, hasta conseguirlo.
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En la "grande nation", que entregó meticulosamente a los nazis a cuantos judíos pudo sacar de debajo de las piedras, el antisemitismo y el totalitarismo de todo signo siguen encontrando un buen caldo de cultivo. Cualquier cosa antes que ver la propia historia sin las gafas rosas del chauvinismo. Sería un relato negro que dejaría chiquita a nuestra tan traída y llevada "leyenda negra".
Publicado por: cilantro | martes, 14 enero 2014 en 16:30