Alejo Vidal-Quadras acaba de abandonar el PP, en el que militaba desde hace tres décadas, para integrarse en la nueva formación derechista, Vox, porque Mariano Rajoy se ha vuelto socialdemócrata, según afirma.
Cree que más socialdemócrata que el presidente francés François Hollande, lo que lleva a extraordinarias conclusiones: la derecha española va hacia la izquierda, mientras que la izquierda francesa corre hacia la derecha.
Mariano Rajoy no parece cometer infidelidades matrimoniales, pero sí es infiel al programa que lo llevó al Gobierno, mientras que Hollande es doblemente infiel, en política y con sus mujeres, con las que además nunca se casa.
La primera con la que convivió, que se sepa, fue con la socialista Ségolène Royal, madre de sus cuatro hijos, y a la que engañó con la engañada ahora, la periodista Valérie Trierweiler.
Tras descubrirse su nueva aventura con la actriz Julie Gayet, naturalmente más joven que las anteriores, Ségolène consoló a Valérie en el hospital donde la traicionada ahora pasaba su disgusto, aunque quizás fuera para reírse de ella recordando el pasado.
Cuando Hollande llegó al poder, en mayo de 2012, prometió que su socialdemocracia sería un ejemplo para el mundo.
Dos años después, y asustado por la ultraderecha del Front National, adopta algunas de sus doctrinas.
Así, ha endurecido mucho más que Rajoy el rechazo a la inmigración irregular y ha impuesto importantes recortes sociales, además de ordenar una reducción de los presupuestos de 50.000 millones de euros.
Francia está ante una gravísima crisis: en 2013 sólo recibió 5.000 millones de euros de inversión extranjera, mientras que España, tras la caída de 2012, recaudaba ya casi 50.000 millones.
El capital no le hace ascos ahora al socialdemócrata Rajoy porque nadie es fiel a casi nada, y derechas e izquierdas terminan siendo iguales, y gracias a la globalización, al final, todos chinos, a los que hay que desearles hoy feliz año nuevo, el del caballo.
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La Grandeur se quedó en petit bougeois. El culebrón rosa-socialdemócrata, sigue su curso en papel couché (no en balde Valérie juega en casa), aunque con la irrupción de Ségolène tome visos de intriga de harem. Al tiempo: veremos a Hollande en el "Sálvame" francés (¿Me sauver de luxe?)
Los franceses podrán de agradecer al menos que Hollande cornee al programa socialista. A nosotros no nos cabe ese consuelo con nuestro Rajoy (¿Buey?).
Publicado por: Cara de Plata | sábado, 01 febrero 2014 en 15:38