A pesar de las huelgas contra el ministro Wert y su futura ley, y de su error con las becas Erasmus, que enmendó, el responsable de Educación tiene razón a la vista del último informe PISA, de la OCDE, sobre España.
Donde la inversión por alumno/año es superior a la media de la OCDE, y en ocasiones está por encima de los países más ricos.
Porque el gasto medio en primaria en la OCDE es de 4.878 euros (España, 422 más), de 6.102 en secundaria (832 más España), y de 8.256 en terciaria (394 más, también España).
Relacionando el PIB con el gasto de educación, España está debajo de la OCDE, 5,6% frente al 6,3%, pero sólo porque hay menos alumnos por el tremendo hundimiento de la natalidad.
Ahora, comparando el gasto por alumno en función del PIB per cápita, España está un 30%, treinta, sí, por encima de la media de los miembros de la OCDE, y situada entre dos de los mejores, Suecia y Japón.
Sin embargo los estudiantes españoles están 12 puntos por debajo de la media en comprensión lectora, 13 en comprensión matemática y 14 en competencia científica.
Sólo tres de cada diez universitarios españoles superan cualquier curso sin repetir asignaturas, y el abandono de los estudios llega también a tres de cada diez, el doble que la UE, lo que cuesta 3.000 millones de euros anuales.
Además, ninguna de las 79 universidades y 300 campus españoles está entre los 200 mejores del mundo.
El desastre español fue inducido por el buenismo de las seis leyes socialistas elaboradas en la democracia, y que han dirigido los centros de enseñanza hasta hoy.
En consecuencia, bienvenida sea la primera orientada a corregirlas, aunque sea de la derecha, y creada por el ministro Wert, el más detestado por todos.
Odiada especialmente por los malos alumnos, que rechazan siempre a sus profesores si no se hacen pasar por coleguillas.
Es una ley que sólo exige un poquitín más de trabajo y esfuerzo a profesores y alumnos, y menos botellón.
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En Cataluña se pusieron en las aulas, tanto de primaria como de secundaria, pantallas de plasma sustituyendo las pizarras. Gasto en educación...
Lamentablemente, NADIE del colectivo docente se quejó, manifestó ni se expresó en contra, ni siquiera la más mínima y tímida duda. Nada de "¿seguro que esto....?"
Más aun, preguntados al respecto (en mi ámbito privado), diversos profesionales de la cosa respondieron invariablemente "nosotros no decidimos en qué se gasta el dinero". Pero sí que se manifiestan para exigir más... a veces me exaspera ...
Publicado por: jam, bcn | jueves, 07 noviembre 2013 en 16:32