El que fue vicepresidente económico de José Luís Rodríguez Zapatero entre 2004 y abril de 2009, Pedro Solbes, presenta estos días sus “Recuerdos”, un libro en el que aparece su exjefe como un insensato populista.
El debate electoral más intenso sobre la economía española que se produjo antes de unas elecciones generales fue el que enfrentó en febrero de 2008 al representante del PP, Manuel Pizarro, con Solbes, quien ahora, casi seis años después, reconoce que engañó, aunque sin quererlo, al electorado.
Pizarro, era el economista y polemista más brillante del PP. Expresidente de ENDESA, empresa pública privatizada que quisieron comprar los alemanes con apoyo de Merkel, y Gas Natural, con ayuda de la Generalidad catalana y Zapatero, consiguió elevadas plusvalías para sus accionistas vendiéndosela a los italianos de ENEL.
Pedro Solbes: exministro de Felipe González, alto funcionario de la UE, incluso Comisario, un hombre tranquilo al servicio de Zapatero, mago del socialismo posmoderno.
Zapatero –precursor de Obama-- entusiasmaba a cantantes y señoras idealistas, y anunciaba, sin que Solbes protestara, que España había superado a Italia, pronto a Francia, y después a Alemania.
El debate con Pizarro, que comunicaba crisis y desolación, lo ganó Solbes, que prometía éxitos y prosperidad, quizás contagiado por el optimismo patológico del presidente del Gobierno.
Se produjo veinte días antes de las elecciones del 9 de marzo de 2008, que ratificó a Zapatero, y Solbes dimitió un año y un mes después porque el presidente, según cuenta ahora, no le hacía caso cuando España iba hacia el abismo anunciado por Pizarro.
Solbes dice en sus “Recuerdos” (Deusto) que Zapatero se negaba a adoptar medidas correctoras que reducirían la crisis porque el pueblo le haría dos huelgas generales.
Uno por el otro, y España a la ruina.
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SALAS: hoy coincidimos en el tema.
Don Manuel, esto es justamente lo que uno sospecho siempre y lo que más me molesta. Que sabiendo, viendo venir, la que se nos venia encima, el gobierno Zapatero ser dedicaba a negar lo que sabían ya esconder la cabeza bajo el ala. Todo ello para no aparecer medidas impopulares, pero necesarias para evitar el agravamiento de la crisis.
Miserable. Es miserable este comportamiento, causante en buena medida de la situación en que nos encontramos.
Y mi pregunta ahora sería: por que un gobierno, o presidente, no puede ser juzgado por este típo acciones que acaban conduciendo a la degradación y el desplome de una sociedad? Para mí, seria de justicia que así fuese, como creo ocurre en otros países.
De no ser así, estaríamos fomentando, como ahora ocurre, la irresponsabilidad y el populismo desastroso de nuestros gobernantes. Ya que estos nunca se les declara responsables de todos los desmanes cometidos.
Publicado por: escéptico | martes, 19 noviembre 2013 en 17:41