África es sesenta veces y media mayor que España, tiene 53 países, 1.033 millones de habitantes, y en mitad de su costa atlántica tiene un territorio de superficie equivalente a Galicia, el único del continente en el que la mayoría de sus 704.001 habitantes habla español y ama a España más que muchos españoles.
Los habitantes de la República de Guinea Ecuatorial (RGE), donde jugó este sábado la Selección española de fútbol están sometidos a Teodoro Obiang Nguema, de 71 años, dictador electo formado como militar español en Zaragoza.
Numerosos medios informativos y algunos políticos denunciaban que esa presencia suponía apoyar al corrupto Obiang, en el poder tras derrocar en golpe de Estado hace 34 años a su tío, Francisco Macías, otro dictador desde la independencia de España, concedida por Franco en 1968 bajo presión de la ONU.
El rechazo a ese encuentro no se debe al puritanismo democrático. Nadie pone pegas a que la misma Selección, u otras españolas, viaje a países con peores dictaduras.
Pero hay, por un lado una gran hipocresía a la que se une el buenismo de loa ingenuos, y por otra el despecho de influyentes poderes mediáticos, políticos y económicos españoles, grandes manipuladores de emociones populares e incluso del periodismo de opinión.
Y son hostiles porque fueron incapaces de triunfar allí en sus negocios e inversiones, mientras lo hacían franceses y estadounidenses.
Buena parte de África está bajo dictaduras bastante peores que la de la RGE, país en el que hay doce partidos políticos y elecciones ganadas, claro, por Obiang; pero nadie del mundo democrático protesta por las visitas de sus equipos nacionales a las excolonias.
La RGE, que está sobre un inmenso pozo de petróleo, es explotada por casi todos, menos por empresas españolas, y seguramente la Selección, admirada allí, fue para allanarle el camino a algunos de sus patrocinadores, p0r lo que alguien recibirá comisiones.
Quienes se oponen más enérgicamente lo hacen por rencor: Obiang no fue generoso con sus demandas de negocio, y rechazan ahora que otros españoles ganen la partida.
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Pero qué manía de juntar churras con merinas. ¿Qué tendrá que ver el fútbol con la política.
Pero ¿no hemos estado siempre a partir un piñón con Cuba, no mantenemos todo tipo de negocios con China y Corea, no hemos participado en eventos de todo tipo con países africanos regidos por dictadores y señores de la guerra, no compartimos foros con países islámicos donde se tortura, lapida, y castra a las mujeres y homosexuales....pese a ser ellos mismos practicantes de pedofilia?
Como bien dice Molares (que conoce bien estos temas, porque fue reportero de guerra y periodista activo en países en conflicto) si el deporte puede servir como puente de acercamiento y oportunidades a empresarios españoles...¿por qué no aprovecharlo?
¿Por qué somos tan gilichorras y dejamos que los franceses y los yankees manejen mejor su diplomacia....como si no tuviésemos la manga ancha dispuesta para acoger a otras dictaduras incluso peores?
Publicado por: MIRANDA | domingo, 17 noviembre 2013 en 17:56