El caso de las 700 carteras y los bolígrafos de lujo que regaló la UGT de Andalucía a sus delegados, con un coste de 100.238,73 euros según acaba de revelar la prensa evoca el del banderillero de Juan Belmonte que llegó a gobernador civil durante el franquismo.
Cuando le preguntaron al torero cómo se había producido la evolución de su ayudante respondió: “¿Pues cómo va a ser? Degenerando, degenerando”.
Al final del franquismo, cuando la Unión General de Trabajadores socialista renacía de la persecución política su primer afán fue ser honrada como contraste con Comisiones Obreras, comunista, que aparecían infiltrándose en los corruptos sindicatos verticales.
La UGT era un sindicato limpio en el pasado y en el presente, y enseguida se le hizo atractiva a quienes veían a CC.OO. dominada por marxistas-leninistas admiradores de Moscú, aunque el PCE dijera que ese no era su modelo.
Ya en democracia, los sindicatos se convirtieron en un elemento constitucional que comenzó a recibir ingentes apoyos económicos y morales.
Como había que modernizar el país, los gobiernos les ayudaban para que sumaran afiliados, incluidos los colaboradores del régimen anterior y de su policía social.
Viendo tanto dinero, edificios y propiedades, gente de todo pelaje se introdujo hábilmente en las estructuras, especialmente trabajadores poco ejemplares pero de gran elocuencia. Quienes estábamos cerca supimos que con aquella gentre todo iba a terminar en un saco de cacos.
Cacos que en las negociaciones con los empresarios vieron un mundo rico, poderoso, de grandes coches y carteras de piel donde llevar los papeles.
Quisieron parecérsele: algunos comenzaron a hacerse ricos, a ponerse coches blindados con chóferes, a hacer cruceros de lujo, a ocupar suntuosas viviendas y, finalmente, a llevar carteras de piel de marca, aunque fueran falsificadas porque todo lo que aparentan es falso.
Recordando el inicio de todo esto, enseguida se ve que estas gentes, en toda España y no sólo en Andalucía, son nuevos ricos que han ido degenerando, como el banderillero, hasta hacerse carteristas.
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SALAS Como siempre, no hemos hablado sobre los temas que tratamos, pero volvemos a coincidir. Mañana verán esto en ECG.
La condición humana es, básicamente, corruptible, Molaritos. Sé que ya no te sorprenderá casi nada en el manejo espurio de dinero público, porque eres persona informada, pero hay que reconocer que cuando son los demagogos de la izquierdona los que trincan, no podemos evitar una sonrisa-de-conejo, evocando su bla-bla-bla buenista, solidario, compasivo, proletario....para acabar pillando a lo grande.
En el curso de los años y las legislaturas, los sindicatos se convirtieron en auténticos nucleos duros de poder. Poseen empresas, edificios, locales, manejan millones de dinero público, inspiran cierto respeto a la derecha maricomplejines, política y´mediática, muchos viven "liberados" de trabajar, disfrazan sus despilfarros de cursos o ayudas, en fin, que no sorprende saber de sus cruceros con traje de etiqueta, sus colecciones de relojes de lujo, sus casoplones y cochazos blindados, sus sueldazos y demás pijoterías.
Por no mencionar otros negocios y chanchullos de imposible justificación por indecentes. Y un despilfarro obsceno, característico de los advenedizos a la riqueza. En Andalucía, donde llevan décadas gobernando "los suyos", el desmadre ya es total, porque no han tenido quien los controle. Todo allí es orégano para estos sinvegüenzas.
700 maletines fueron falsificados a petición de la UGT andaluza (nueva horterada nuevorriquista), que por cierto sigue guardando silencio.
Más de medio millón de euros de 2009 costó el Congreso regional de los maletines, cuando ya hacía dos años que Solbes había avisado a ZP de lo que se nos venía encima, y este seguía engañando con los brotes verdes y la Champions.
( Inciso cortante: En Islandia, el ex-presidente del gobierno se sentó en un banquillo ante un tribunal por haber mentido a su pueblo, bastante menos de lo que mintió aquí ZP y su equipo, a los que nadie les va a pedir cuentas de nada).
Pues bien, esos gastos fueron costeados por la Junta andaluza, disfrazados de cursos de formación, ayuda a mujeres, etc.
¿Cómo es posible que aquí no dimita nadie?
¿Hay alguien en la Fiscalía Anticorrupción o es solo una fachada decorativa?
Publicado por: MIRANDA | miércoles, 27 noviembre 2013 en 20:07