Después de provocar indignación entre los concejales de Gijón al proclamar que “ser español me da asco”, y sufrir la cancelación de su concierto en un teatro municipal, el cantante catalán Albert Pla actuó en Cáceres en otro teatro municipal porque “"Extremadura no echa a ningún español de su tierra", según la alcaldesa.
El ayuntamiento gijonés está gobernado por el Foro Asturias de Álvarez-Cascos, y el de Cáceres por el PP.
La popular Elena Nevado optó por no castigar a ese cantante que el día menos pensado dirá, para disgusto nacionalista, que “ser catalán también me da mucho asco, sobre todo porque nuestro héroe nacional es un caganer”.
Pla es así, un provocador, un anarcoide que se ríe de sí
mismo, que no respeta a nada ni a nadie, y quizás por eso los taberneros de
media España le tiene más asco a él que él a España: en cuando los ve despistados
se escapa sin pagarles.
La alcaldesa de Cáceres debe ser una admiradora Antonio Cánovas del Castillo, líder conservador de la Restauración, redactor de la Constitución de 1876 e inspirador ideológico del PP, según su fundador, Manuel Fraga.
Siendo jefe de Gobierno, Cánovas dijo una frase no menos desesperada que la de Pla: “Son españoles los que no pueden ser otra cosa”.
Porque odiar o despreciar a su país es un sentimiento que se da cíclicamente entre muchos españoles en épocas de crisis, consecuencia de la impotencia y, en el caso de los artistas más desenfrenados, de la iconoclastia.
La gente de un país en crisis sale del hoyo cuando toma con sentido del humor estas provocaciones, cuando entiende la mezcla de enfado y desmoralización que transmiten muchos Pla escatológicos.
Si sonreímos oyéndolos nos acercamos al final de la crisis. Es reparador reírse de uno mismo; enhorabuena a los cacereños.
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Y además, un recuerdo de los héroes nacionales:
¿Albert Plá?
¿Y quién viene siendo este tal Albert Plá?
¿Primo de aquel Krahe que cocinó un Cristo crucificado al espeto?
Cada uno hace lo que puede para darse a conocer y vender lo suyo !Que hablen de mi aunque sea mal!...Pero si no sabemos siquiera quien es este individuo, ¿por qué habría de importarnos que le produzca asco su nacionalidad y la de sus padres?
¿por qué le dan los gijonenses tanta categoría a un exabrupto infantilón?
Una buena carcajada debería ser la respuesta al payaso que busca publicidad.
Por mí como si se va a nacer al Gabón, ntjd.
Publicado por: MIRANDA | miércoles, 23 octubre 2013 en 16:48