El mundo desarrollado camina hacia un futuro sin religiones. Y sin libros de papel, su soporte durante milenios, porque el que anuncia la agonía del judeocristianismo sólo se ha editado en formato electrónico, con el que ya es un gran “best seller”.
“Why Atheism Will Replace Religion”, “¿Por qué el ateísmo reemplazará la Religión?” (Amazon) es obra de un famoso psicólogo irlandés establecido en EE.UU. Nigel Barber, que prevé que en 2041 habrá menos creyentes que ateos, agnósticos o indiferentes en los países desarrollados.
Aunque vayan haciéndose minoritarias, las creencias judeocristianas y su práctica no desaparecerán para entonces y seguirán influyendo, aunque cada vez menos: de ellas nacieron, precisamente, las fuerzas que lucharon desde la Ilustración contra las antes opresivas organizaciones religiosas.
La tesis de Barber es que las religiones se asentaron básicamente cuando los primeros hombres eran cazadores-recolectores: les ayudaba a enfrentarse a la ansiedad y la inseguridad. Necesitaban de lo sobrenatural para esperar y luchar por una vida mejor.
La práctica religiosa disminuye con el aumento de la riqueza, con la calidad de vida, incluyendo su duración, la disminución de las enfermedades infecciosas, la educación, el aumento social del bienestar y una distribución más equitativa de los ingresos.
En los países más desarrollados, como Japón y Suecia, la calidad de vida es tan alta que la mayoría ya es secular.
Por eso en los países más pobres, como algunos africanos, el sentimiento religioso, sea cual sea, llega hasta el 98 por ciento de la población. Lo que explica también que el islam se mantenga.
Barber prevé un Occidente con una nueva espiritualidad que no sabe describir.
Pero uno diría que tiende al primitivismo esotérico: véanse las televisiones nocturnas con sus astrólogos semianalfabetos en espacios reservados antes a los documentales, el cine, la cultura, incluso a las religiones de teología muy elaborada.
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No creo en futurologías. Suelen basarse en una evolución lineal de las tendencias mayoritarias actuales, prescindiendo de lo que se mueve en el subsuelo.
Los países ex-soviéticos eran todos oficialmente ateos, pero con la caída del Muro de Berlín y la desaparición de la URSS hubo un auge enorme de la religión, habitualmente alguna iglesia cristiana, en todos esos países.
Pero si jugamos a futurologías, mi predicción, sin ningún argumento de peso, y basada en la evolución lineal de algunas tendencias actuales, sería: a partir de pocos años aquí habrá un incremento enorme de la religiosidad cristiana en Europa, como respuesta a la cada vez mayor agresividad, proselitismo y visibilidad del Islam en todos los países europeos. De modo que, para 2041, podemos perfectamente tener una sociedad bien religiosa y bipolarizada. Y teniendo presente la tendencia de los ateos (que no agnósticos) a alinearse con los muslimes, los muy pocos agnósticos que queden serán unos bichos muy raros, mal vistos por todos.
Publicado por: jam, bcn | lunes, 26 agosto 2013 en 09:49