El único medio informativo español que desde su fundación hace 110 años defendió la monarquía como solución para un país polarizado y con tensiones regionales es el ABC, diario que, sorpresivamente, acaba de publicar un reportaje de tres páginas titulado “Señales de crisis entre los Príncipes de Asturias”.
Subtítulos y sumarios mantienen el mismo tono alarmista sobre quienes podrían ser los Reyes de España, pero que, de mantenerse esta supuesta crisis que erosiona la monarquía y la Constitución que la ampara, quizás no alcancen el trono.
Lo que cambiaría radicalmente el sistema democrático refrendado por los españoles en 1978, que preveía la continuidad de la monarquía como Jefatura de un Estado que, con todos sus vicios, es lo menos malo conocido por decenas de generaciones anteriores.
“Vacaciones privadas entre rumores de crisis”. “Doña Letizia intenta crear un espacio propio que, a veces, choca con su condición de Princesa”.
La Casa Real no está en sus mejores momentos. Hasta la Reina Sofía ha sido abucheada en uno de sus refugios más queridos como melómana, el Auditorio Nacional.
La Corona se ha dañado a sí misma con algunos actos, relaciones personales y familiares poco felices.
Ha dañado también a muchos defensores de la Constitución de un país donde los monárquicos son sólo empíricos y utilitaristas.
Porque defienden la monarquía por su base constitucional, pero no son monárquicos dinásticos a la manera de los holandeses, suecos, daneses, noruegos o británicos.
Ahora tienen un Príncipe de Asturias preparado para reinar y una Princesa Letizia experiodista cuya fuerza la hacía salir brillante como una diosa de la pantalla, pero que quizás se salga ahora de su función con la Corona.
La incógnita es saber si esa fuerza es ya insuficiente para afrontar una Constitución que no soporta a ninguna Lady Di.
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Para haber votado la constitución hoy en día hay que tener más de 55 años. De la misma constitución que según morales justifica la monarquía salió la mili obligatoria, los juicios a personas civiles por parte de tribunales militares, la pena de muerte...
Es impensable en una sociedad democrática que alguien tenga un puesto con vinculaciones políticas sin haber pasado por las urnas y sin poder ser cesado y responder legalmente por sus fechorías.
La monarquía no tiene futuro alguno y es impensable que felipe (sin oficio, beneficio ni experiencia) herede cargo alguno. Ya el colmo es su esposa: divorciada y carente de carisma alguno... un ejemplo de libro de trepa.
Publicado por: TTdelprado | lunes, 19 agosto 2013 en 16:20