Baltasar Garzón está escandalizado porque el presidente del Tribunal Constitucional militó en el PP hasta 2011, cuando él abandonó la judicatura para servir al PSOE como diputado y miembro del Gobierno, y volvió luego como juez para vengarse de quienes impidieron que fuera ministro.
Ahora pretende recusar a Francisco Pérez de los Cobos, desdeñando que él rechazó toda recusación de las víctimas de sus represalias.
El exmagistrado, inhabilitado por el Supremo por espionaje ilegal, había solicitado su rehabilitación en el Constitucional, pero como su demanda fue desechada, ahora recusa a su presidente, elegido el pasado junio.
El Constitucional no es un órgano jurisdiccional. Sólo sentencia sobre lo que está de acuerdo o no con la Constitución. Sus componentes no tienen por qué ser jueces, sino personas que interpretan sabiamente la ley de leyes.
Pérez de Cobos nunca fue juez. Es catedrático de derecho laboral. La Ley Orgánica del Tribunal Constitucional no le impide militar en un partido a ninguno de sus doce miembros, sino sólo ser dirigente.
Para un mandato de nueve años, cuatro magistrados son elegidos por el Congreso, cuatro por el Senado, dos por el Gobierno y dos por el Poder Judicial. Ahora mismo hay cinco vinculados al PSOE y a los nacionalistas, un bloque qued se autoproclama progresista, cuando el nacionalismo es todo lo contrario.
Es impor recordarlo porque siempre se mantiene un equilibrio entre los magistrados propuestos por derechas, izquierdas y nacionalistas.
El presidente tiene doble voto. Desde 2004 hasta hace poco más de un mes la presidencia estaba propuesta por el PSOE. El último presidente, Pascual Sala, es masón, según revelaron públicamente sus hermanos de obediencia.
Hemos pasado así de un masón a un miembro cotizante hasta hace dos años del PP.
Lo que obliga a preguntar si la pertenencia a sociedades ideológicas es compatible con la administración de justicia.
Porque seguramente debería rechazarse a todo militante, incluso aunque lo sea solamente de sí mismo, como Garzón.
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SALAS, afectado por el accidente del tren Alvia de Santiago, envió a El Correo una tira nada humorística que es un obituario dedicado a los, al menos, ochenta muertos.
Por respeto al periódico que la publicará mañana, al artista y a quienes sufren en un día tan luctuoso, hoy no incluyo ninguno de los dibujos del artista.
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Un buen amigo y mejor persona ha muerto camino de la ciudad que tanto amaba, Santiago. Viajaba en en el tren accidentado. Es otro de los más de ochenta fallecidos.
Quede el recuerdo y el afecto hacia alguien sonriente que nunca se cansó de hacer felices a quienes lo conocían.
Para empezar hoy todos nos sentimos gallegos.
Con Garzón tengo que romper una lanza y no estar de acuerdo con Ud., si la mayoría de la judicatura tuviera el valor y el arrojo para defender la legalidad que ha demostrado este ex juez (con todos sus supuestos defectos) otro gallo nos cantaría, no lo digo yo lo reconocen internacionalmente. Nunca mejor dicho nadie es profeta en su tierra y menos en esta que cuando alguien destaca se tiene que ir del país o llevar cien años bajo tierra.
Publicado por: Barbaro | jueves, 25 julio 2013 en 20:48