Dice la Comisión Episcopal Española (CEE) que dos de cada tres alumnos en los centros estatales, el 67 por ciento, cursa voluntariamente la asignatura de Religión Católica, aunque de momento no aporta nota para mejorar la media.
Con la futura la LOMCE, la ley educativa del ministro Wert y de Rajoy, será más atractiva, porque calificará como si fuera Matemáticas.
Aunque una encuesta de este domingo de El País afirma que el setenta por ciento de los españoles rechaza que Religión Católica sea otra asignatura troncal o evaluable.
El portavoz de la CEE defiende que se califique como cualquier otra asignatura básica, porque “hace presente en la escuela el saber científico, orgánico y estructurado de la fe, en igualdad académica con el resto de los demás saberes”.
Eso de convertir una fe y sus misterios en ciencia es un oxímoron, una contradicción, porque lo divino no es científico, y viceversa.
Aunque a otras religiones les interesará apoyar la teoría de la CEE sobre la ciencia religiosa: también serán científicas las reconocidas legalmente como de “notorio arraigo” en España al amparo de la Constitución, y podrán solicitar iguales beneficios que los que otorgará estudiar catolicismo.
Por ese “notorio arraigo”, y aparte de la católica, las creencias evangélica, judía e islámica tienen también acuerdos firmados con el Estado casi desde los albores de la democracia.
Reconocidas, y en espera de acuerdos, están la mormona, la budista y la de Testigos de Jehová. Y esperando reconocimiento de “notorio arraigo”, la Cientología, con su temible dictador extraterrestre Xenu.
Suponiendo que los obispos católicos no se atribuirán en 2013 el monopolio científico, obsérvese cuántos académicos e investigadores forjarán niños presentándose como sacerdotes-pastores-rabinos-imanes y santones.
Bajo la igualdad de derechos educativos, quizás aparezcan escuelas-madrasas en las que mejorarán las notas de los estudiantes que expliquen científicamente por qué la guerra santa acelera la entrada al Paraíso.
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Lo triste, Sr. Molares, es que el debate público sobre la educación en España era hace 100 años (y si me apuran 200) exactamente el mismo que el actual. Esto es, los temas puramente educativos no interesan a nadie, y los doctrinales son el centro del debate. No nos movemos del sitio. Con la novedad de que la Iglesia Católica ya no es la única instancia interesada en adoctrinar y capacitada para llevar el agua a su molino. En las dos pasadas legislaturas la PSOE se ha puesto a su altura. Tal para cual.
Publicado por: cilantro | martes, 28 mayo 2013 en 03:33